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Jóvenes mujeres liberales en TikTok e Instagram están discutiendo y compartiendo información sobre el movimiento feminista surcoreano, en el que las mujeres heterosexuales se niegan a casarse, tener hijos, salir o tener relaciones sexuales con hombres.
(CNN) – En las horas y días desde que quedó claro que Donald Trump sería reelegido presidente de Estados Unidos, ha habido un aumento en el interés en el país por el “4B”.
Jóvenes mujeres liberales en TikTok e Instagram están discutiendo y compartiendo información sobre el movimiento feminista surcoreano, en el que las mujeres heterosexuales se niegan a casarse, tener hijos, salir o tener relaciones sexuales con hombres.
Estas mujeres dicen que están enojadas y hartas después de que una mayoría de sus contrapartes masculinas votaran por un candidato que consideran responsable de abuso sexual y cuya nominación de tres jueces conservadores para la Corte Suprema llevó a la anulación de la protección nacional al derecho al aborto.
En respuesta, dicen que están renunciando a los hombres y están animando a otras personas a unirse.
“Nos hemos humillado y hemos suplicado por la seguridad de los hombres y hemos hecho todas las cosas que se supone que debíamos hacer, y aun así nos odian”, declaró Ashli Pollard, una mujer de 36 años en St. Louis, a CNN.
“Así que si nos van a odiar, entonces vamos a hacer lo que queremos”, añadió.
4B es una abreviatura de las cuatro palabras coreanas bihon, bichulsan, biyeonae y bisekseu, que se traducen como no matrimonio, no parto, no citas y no sexo con hombres.
El movimiento 4B surgió en Corea del Sur entre 2015 o 2016, según Ju Hui Judy Han, profesora asistente de estudios de género en la Universidad de California, Los Ángeles. Mayormente popular entre mujeres en sus 20 años, la académica lo describió como una ramificación marginal del #MeToo y otros movimientos feministas que surgieron en respuesta a la marcada desigualdad de género en el país.
En 2016, una mujer fue brutalmente asesinada cerca de una estación de metro en Seúl —el perpetrador supuestamente dijo que la mató porque se sentía ignorado por las mujeres—. El incidente provocó una ola de indignación y un reconocimiento nacional sobre cómo son tratadas las mujeres en el país, que más tarde se amplió para incluir conversaciones sobre femicidio, pornografía de venganza y delitos sexuales digitales.
El feminismo y la división de género han sido temas candentes en Corea del Sur. Las mujeres en el país ganan aproximadamente un tercio menos que los hombres, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la mayor brecha salarial entre las naciones de la OCDE. Y a pesar de ser una de las economías más avanzadas del mundo, las mujeres están escasamente representadas en roles superiores y gerenciales.
El movimiento surgió y se desarrolló de forma descentralizada y existió en varias iteraciones en línea y fuera de línea, lo que dificulta evaluar su verdadero tamaño y alcance. Con el tiempo, el movimiento ha disminuido y se ha fragmentado debido a desacuerdos sobre el papel de las mujeres queer y trans, según Han. Pero Ju Hui Judy Han manifiesta que el 4B y otros movimientos feministas surcoreanos llamaron la atención sobre la desigualdad de género en el país y pusieron el énfasis en la acción colectiva.
“No es un movimiento muy extendido, pero creo que muchas personas se identifican con los sentimientos detrás de él”, comenta.
“Cuando hay tanta violencia generalizada contra las mujeres, hay tanta discriminación e inequidad sistémica, cuando hay tanto que hace que el matrimonio, el parto y la crianza de los hijos sean difíciles, ¿por qué y cómo podría alguien imaginarse, casarse y dar a luz?”, se pregunta.
Aunque el movimiento 4B de Corea del Sur ha desaparecido en gran medida de los titulares de los medios en los últimos años, las elecciones en EE.UU. han reavivado el interés. “Muchas de nosotras —ya seamos heterosexuales o no, queer o no, ya estemos en un matrimonio o no— estaremos en el mismo barco, lidiando con instituciones opresivas y violentas”, afirma Han. “Y nos vemos entre nosotras”.
Es demasiado pronto para saber si el movimiento 4B podría resonar seriamente en Estados Unidos. Pero hasta ahora, al menos, ha generado mucha discusión en línea entre las mujeres jóvenes.
Algunas mujeres están redescubriendo el movimiento y prometen unirse, otras que ya están casadas o emparejadas dicen que planean protestar de otras maneras, como boicoteando negocios de propiedad masculina o negándose a hacer trabajo emocional para los hombres.
Pollard se enteró del movimiento 4B de Corea del Sur hace unos años, lo que la inspiró a “examinar qué aspecto tiene una vida sin centrar tanto a los hombres”. Desde 2022, dice que no ha salido ni ha tenido relaciones sexuales con hombres y se ha dado cuenta de que está mejor sola. Tiene los recursos para mantenerse sin matrimonio y planea tener un hijo sola.
Su decisión de desvincularse de los hombres no fue necesariamente un acto de venganza, señala. Más bien, se trataba de anteponerse a sí misma. Ahora que otras mujeres en todo el país han mostrado interés en 4B, dice que quisiera que se den cuenta de que hay otras opciones.
“Empujas a las personas lo suficiente y ya están listas”, asegura. “¿Cómo afectará eso a la política? Veremos… pero creo que las mujeres y su alegría van a ser algo que ya no se puede pasar por alto. Las mujeres se están eligiendo a sí mismas en masa”.
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Alexa Vargas, una mujer de 26 años de Boston, dejó de relacionarse con hombres hace unos años después de una serie de relaciones poco saludables que incluían abuso y agresión, y no fue hasta principios de este año que se dio cuenta de que había un movimiento y un lenguaje que se alineaban con sus acciones. Aunque dice que “los hombres necesitan una llamada de atención”, su decisión tiene más que ver con ella y otras mujeres.
“No sé si los hombres van a cambiar sus formas. No sé cómo se desarrollará esto”, comenta. “Mi objetivo en la vida y en este movimiento es proteger a las mujeres y niñas jóvenes”.
Las mujeres que han estado hablando sobre 4B en línea aseveran que la forma en que algunos hombres han respondido a sus publicaciones ya está demostrando su punto.
Abby K., una mujer de 27 años de Florida, recientemente rompió con su novio debido a comentarios despectivos que hizo sobre la historia de abuso sexual de Trump. Cuando publicó un video sobre eso y su decisión de unirse al movimiento 4B, dice que los hombres inundaron su bandeja de entrada con amenazas de muerte y comentarios llenos de odio sobre su apariencia.
“No es precisamente un incentivo para volver a entrar en el mundo de las citas”, añade.
En la opinión de Han, es poco probable que el movimiento 4B se vuelva convencional en EE.UU.
Ella dice que depende demasiado del género binario y que aquellas inspiradas a unirse como resultado de la elección están pasando por alto el hecho de que muchas mujeres también votaron por Trump. (Aunque la vicepresidenta Kamala Harris mantuvo una ventaja entre las mujeres, las encuestas a la salida indican que esa ventaja fue menor que el de Joe Biden o la exsecretaria de Estado Hillary Clinton durante sus respectivas campañas presidenciales).
Hadia Khanani, una mujer de 24 años de Florida, también tiene reservas sobre 4B en EE.UU. Aunque no ha tratado con hombres románticamente durante varios años como una forma de priorizarse, quiere que las mujeres profundicen y examinen su propio papel en el sostenimiento del patriarcado. También le preocupa las consecuencias de aislar aún más a los hombres.
“La conversación en línea se ha centrado en acostarse y salir con hombres, obviamente para protegerse a sí mismas, pero siento que la misoginia y el patriarcado son mucho más profundos que eso”, afirma. “Creo que gran parte de ello está arraigado en la forma en que los hombres son criados en la sociedad”.
Incluso si un gran número de mujeres no adoptan los estrictos principios del 4B, aquellas que están participando por ahora esperan que las recientes conversaciones al respecto lleven a las mujeres a pensar diferente sobre sí mismas y sus circunstancias.
“No espero que todas las personas en el país se tomen de la mano y acuerden no salir con hombres”, dice Abby K. “(Pero) definitivamente podría verlo alimentando el cambio de alguna manera”.
Han predice que el interés americano en el movimiento 4B se desvanecerá rápidamente. Aun así, espera que el discurso reciente en torno a él ayude a las mujeres a entender que no están solas en sus luchas y a construir solidaridad con otras en todo el mundo.
“Creo que muchas mujeres estadounidenses están tratando de encontrar formas de empoderarse y encontrar una manera de sobrevivir”, comenta Han. “Y espero que lo que encuentren no sea necesariamente un movimiento particular como el 4B, sino un reconocimiento de que las luchas por la justicia reproductiva y la igualdad de género ciertamente no son solo preocupaciones estadounidenses”.
Leda Joy Abkenari de CNN contribuyó a este reportaje.
La periodista fue galardonada por haber dejado huella en la ingeniería y en el desarrollo del país.