El grupo de manifestantes que comenzó a tomarse las calles de París el 17 de noviembre pasado sigue complicando al gobierno de Emmanuel Macron. Sin embargo, existe algo de ambigüedad respecto a cómo surgió y qué buscan.
Este sábado 8 de diciembre se lleva a cabo la cuarta jornada de protestas y manifestaciones en Francia, las cuales han tenido como símbolo principal a los “chalecos amarillos”.
Estos han salido a las calles parisinas para protestar contra el alza en los combustibles, luego que el presidente Emmanuel Macron anunciara la aplicación de un impuesto específico a estos como una medida en pro del medio ambiente.
Sin embargo, los grupos socioeconómicos que se verían más afectados con esta alza serían los medios y bajos, quienes han visto en la medida de Macron una forma de elitismo.
Características de los gilet jaunes
El medio francés Libération sostiene que aunque el origen de estas movilizaciones se marca el 17 de noviembre de este año, todo habría comenzado el 10 de octubre, cuando un par de camioneros creara un evento en Facebook llamado “Bloqueo nacional contra el aumento de combustible”.
Días después, una encuesta realizada entre el 27 y 28 de noviembre, sostuvo que un 20% de las personas se considera “un chaleco amarillo” –gilet jaune en francés-.
Del total de manifestantes, un 42% señaló ser simpatizante de Marine Le Pen, la presidenta de la Agrupación Nacional -antes conocida como Frente Nacional- y ex candidata a la presidencia, quien perdió ante Macron.
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Por otro lado, solo un 5% de quienes han salido a las calles a manifestarse aseguró ser simpatizante del presidente francés.
Pero una de las características de los “chalecos amarillos” es precisamente una contraria al panorama político establecido, pues carecen de un líder o partido que los respalde.
El levantamiento de franceses fue más bien algo espontáneo, organizado en gran parte a través de redes sociales, con un propósito común, basado en la desconfianza que gran parte de ellos tiene por las instituciones sociales y políticas, sostiene New York Times.
La unión entre los “chalecos amarillos” tiene más relación con un asunto de clases socioeconómicas que de política, sostiene New York Times.
Ejemplo del malestar que han expresado los grupos socioconómicos bajos y medios fueron los destrozos en la avenida Kléber y la calle Rivoli, en París, un sector de tiendas de lujo, símbolo del contraste entre la capital francesa y los sectores provinciales.
Petitorio de los “chalecos amarillos”
Dado que no existe una organización unificada, más allá de la que se genera en las calles los días de protesta, no ha sido fácil identificar cuáles son las demandas.
Sin embargo, podríamos decir que la principal es que no se avance en el alza de los combustibles.
Con todo, en redes sociales han surgido una serie de imágenes con hasta 25 propuestas, que van desde temas económicos hasta geopolítica.
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Por ejemplo, una petición que se ha replicado es la de limitar de manera constitucional el porcentaje de dinero que el Estado recauda de cada ciudadano. Así, se esperaría que un 25% del sueldo sea el máximo que se pueda obtener de las personas.
Por otro lado, y contrario a los orígenes de esta manifestación, existen medidas de tipo migratorio, como la petición de “evitar flujos migratorios” debido a la “crisis” que viven como civilización.