En la primera intervención, los cirujanos redujeron el estómago de Juan Pedro al tamaño de un estómago de bebé.
(CNN Español) – Hasta el año pasado, Juan Pedro Franco, un joven mexicano de 32 años nacido en Aguascalientes, pesaba 590 kilos, lo que según sus médicos lo convertían en el hombre más obeso del mundo.
Aunque su caso no está registrado dentro del libro de Récord Guinness, la referencia es Manuel Uribe, otro mexicano que ostentaba este título en 2007 con un peso de 597 kilos, y quien consiguió bajar unos 200 kilos con un procedimiento similar al de Juan Pedro, sin embargo murió en el año 2014.
Después de cinco meses de una dieta rigurosa y tras ser sometido el pasado 9 de mayo a una de dos cirugías programadas, Juan Pedro pesa en la actualidad 420 kilos. La meta de los médicos que lo atienden en un hospital de Guadalajara, capital de Jalisco, en el occidente de México, es que en menos de dos años pese no más de 110 kilos.
¿Qué fue lo que te animó a iniciar este proceso de reducción de peso? Se le pregunta mientras reposa en una cama de hospital luego de la primera cirugía de By-pass gástrico. “Me motivó el querer salir adelante, el querer estar bien y pues, a echarle ganas”, responde con una sonrisa en los labios.
Otra de las motivaciones de Juan Pedro, según cuenta, es poder caminar, algo que no hace desde hace seis años debido a la obesidad mórbida que padece.
Su madre, María de Jesús Salas Lemus, recuerda que su hijo pesó 3 kilos y 500 gramos al nacer, sin embargo, en sus primeros años de vida comenzó a aumentar 10 kilos por año en promedio.
Juan Pedro tuvo una adolescencia como la de casi cualquier chico, agrega su madre, “bailaba, trabajaba de cargador, jugaba fútbol”, a pesar de que su peso estaba por encima de los estándares médicos.
A los 17 años sufrió un accidente que lesionó algunos de sus huesos y tuvo que permanecer en cama por varias semanas, según su madre.
Estas lesiones le obligaron a estar en reposo y su peso se fue al alza de manera poco controlable.
El año pasado, un grupo interdisciplinarios de médicos encabezados por el bariatra José Castañeda Cruz, del centro Gastric Bypass México, con sede en Guadalajara, se enteró del caso de Juan Pedro y desde entonces se han hecho cargo de él.
“¿Por qué operamos a Juan Pedro? Para que tenga todas la posibilidades de vivir, que su expectativa de vida sea bastante amplía, que viva muchos años, pero pues que viva sano”, dice Castañeda.
En la primera intervención, los cirujanos redujeron el estómago de Juan Pedro al tamaño de un estómago de bebé.
La segunda y definitiva cirugía se llevará a cabo en noviembre próximo, tiempo en el cual, los médicos esperan que el paciente haya perdido un 40% de su peso actual.
Castañeda calcula que un año y medio después de la segunda cirugía, Juan Pedro habrá alcanzando la meta de pesar no más de 110 kilos.
El escenario hasta ahora se muestra alentador, según el médico. La recuperación tras la cirugía del paciente ha sido más rápida y positiva de lo que los especialistas esperaban.
“Tuvo una excelente evolución posterior a la cirugía, una adecuada recuperación, no pensábamos que fuera a evolucionar tan bien en cuanto a su recuperación, la verdad es que sí nos dio una sorpresa”, dijo Castañeda tras autorizar el alta hospitalaria de Juan Pedro, el pasado 17 de mayo.
De continuar así, se habrá alcanzado el objetivo, sin embargo el bariatra advierte que aún quedan varios obstáculos por sortear en el camino.
“Apenas es el primer paso en la recuperación de Juan Pedro, hasta ahorita no se ha presentado alguna complicación derivada de la cirugía, pero hay que recordar que sigue siendo un obeso mórbido, con amplias posibilidades de sufrir complicaciones derivadas de su obesidad extrema”, agregó Castañeda.
La sonrisa de Juan Pedro
Nueve días después de ser sometido a su primera cirugía, Juan Pedro está listo para recibir el alta, se irá a casa y regresará en seis meses a completar su tratamiento.
Mientras espera salir del hospital, se entretiene tocando su guitarra y entonando canciones románticas.
Le ilusiona volver a caminar y tener una vida sana. Es su buen ánimo lo que lo mantiene en la lucha, dicen sus médicos.
“Siempre me recuerdo en dietas y luchando contra esto, aquí estoy todavía luchando pero con una nueva esperanza que se ve más alentadora”, aclara.
Juan Pedro ya piensa en su futuro, le entusiasma crear una fundación para ayudar a “gente como yo”, advierte, al tiempo que manda un mensaje para quienes “critican a las personas obesas”.
“Piensan que uno está así por comer mucho, lamentablemente no, hay gente que piensa eso, están equivocados, solo el que lo vive es el que sabe, los invito a que vean primero a las personas antes de juzgarlas”, concluye.