En el contexto de su visita de Estado a Reino Unido, el presidente de Estados Unidos y la primera dama, Melania Trump, intercambiaron algunos presentes con la reina Isabel II y su esposo, el príncipe Philip.
(CNN) — Al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y a la primera dama, Melania Trump, se les encomendó una pregunta casi imposible de cara a su visita de estado al Reino Unido, ¿qué tipo de regalo llevarle a la reina?.
Encontrar los mejores regalos puede ser complejo, debe ser personal y la mayoría hacer referencia a algún tipo de hito histórico entre los dos países, o el donante y el receptor.El proceso requiere reflexión, atención al detalle, coordinación con el Departamento de Estado y cumplimiento de los niveles más altos de protocolo, y parece que se cumplieron.
Los Trump llegaron con un broche de plata y seda de Tiffany & Co. en un joyero de madera personalizado de la Casa Blanca en un estuche de cuero rojo para la reina Isabel II, según la Casa Blanca.
Para su esposo, el principe Philip, trajeron una chaqueta personalizada de Air Force One y una autobiografía firmada por el general estadounidense y el famoso comandante aéreo de la Segunda Guerra Mundial James Doolittle, “Nunca podría ser tan afortunado de nuevo”.
Aunque el príncipe Philip dejó el servicio naval en servicio activo cuando se casó con la, en ese entonces, princesa Isabel tiene varios nombramientos militares, incluyendo el de Mariscal de la Real Fuerza Aérea.
La primera dama estaba “muy involucrada con la selección de regalos”, dijo su portavoz Stephanie Grisham. “Al trabajar con el Departamento de Estado, la Sra. Trump tiene mucho cuidado en la selección de regalos significativos”, agregó.
Del mismo modo, los Trump también recibieron regalos bien pensados, según una tradición de larga data.
Para el presidente, la reina le regaló una copia de la primera edición de 1959 de “La Segunda Guerra Mundial” de Winston Churchill, encuadernada en piel de cabra carmesí con broches oro y un juego de plumas Duofold de tres piezas.
Trump tiene una afinidad conocida con Churchill; en uno de sus primeros actos notables como presidente, restauró el busto de Winston Churchill, que había sido trasladado durante la administración de Obama, a la Oficina Oval.
Por su parte para la primera dama, se le obsequió una caja de plata especialmente encargada con una tapa de esmalte hecha a mano.
Max Foster de CNN contribuyó a este informe.