El gobernador de Florida retiró su candidatura este domingo, dejando en la contienda solo a dos candidatos; Donald Trump y la exembajadora Nikki Haley. Tras el anuncio, DeSantis expresó su apoyo a la candidatura del exmandatario, ya que lo considera una mejor opción que Joe Biden.
(CNN) – El gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien entró en las primarias presidenciales republicanas como la mayor amenaza de Donald Trump, anunció este domingo que pone fin a su candidatura a la Casa Blanca y respalda al expresidente.
Su anuncio, realizado con un video publicado en X, se produce después de un decepcionante segundo puesto en las asambleas partidarias republicanas de Iowa de la semana pasada.
“Si pudiera hacer algo para producir un resultado favorable, más actos de campaña, más entrevistas, lo haría, pero no puedo pedir a nuestros partidarios que ofrezcan voluntariamente su tiempo y donen sus recursos si no tenemos un camino claro hacia la victoria. En consecuencia, hoy suspendo mi campaña“, dijo DeSantis.
Luego pregonó su apoyo a Trump: “Aunque he tenido desacuerdos con Donald Trump, por ejemplo, sobre la pandemia del coronavirus y su nombramiento de Anthony Fauci, Trump es superior al actual titular, Joe Biden. Eso está claro”.
“Firmé el compromiso de apoyar al candidato republicano y lo cumpliré. Tiene mi respaldo, porque no podemos volver a la vieja guardia republicana de antaño ni a la forma reenvasada de corporativismo acalorado que representa Nikki Haley”, afirmó.
La decisión llegó tras días de conversaciones con sus donantes. Durante el fin de semana se hizo evidente que no había ni razones ni apoyo financiero para continuar con su candidatura.
DeSantis y su esposa Casey tomaron la decisión este domingo por la tarde, sorprendiendo a muchos de sus colaboradores y simpatizantes.
“El dinero no estaba allí para continuar“, dijo un importante donante de DeSantis a CNN.
Es un golpe devastador para la prometedora carrera de una estrella republicana en ascenso y su fracaso en alcanzar las elevadas expectativas de su candidatura causó una ola de dudas por parte de aliados y asesores cercanos.
Algunos creen que DeSantis tardó demasiado en atacar al expresidente Donald Trump. Otros piensan que su equipo subestimó a la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley.
Muchos aún siguen convencidos de que DeSantis no podría haber hecho nada para arrebatarle el partido a los leales y considerables seguidores de Trump.
“DeSantis llevó el libro de jugadas al límite”, dijo a CNN en las últimas semanas Steve Deace, un conocido comentarista de radio conservador y partidario del gobernador de Florida. “Es tan simple como: cuando comenzaron a acusar a Donald Trump, la gente no estaba lista para dejarlo atrás. Y para DeSantis, no era su momento”.
Por su parte, DeSantis atribuyó su desempeño a una serie de desafíos, incluido el clima de Iowa, la lealtad de los medios conservadores a Trump y el aluvión sin precedentes de anuncios negativos en su contra.
Una cosa que no criticó fue su discurso principal ante los votantes –su historial de logros en Florida– que continuó presentando en discurso tras discurso hasta sus momentos finales como candidato presidencial.
Su partida deja a la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley como la única alternativa a Trump en la carrera republicana, pero sin mucho tiempo para consolidar el apoyo y alcanzar al favorito.