En febrero, luego del brote de coronavirus, China aprobó una ley para prohibir el consumo de animales salvajes. Ahora, se extendió para mascotas, pero sólo en esa ciudad.
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Shenzhen, en el sureste de China, se ha convertido en la primera ciudad del país en prohibir el consumo de perros y gatos, anunció el gobierno el jueves.
Bajo las nuevas reglas que entrarán en vigencia el 1 de mayo, el gobierno dijo que será ilegal comer animales criados como mascotas.
En febrero, luego del brote de coronavirus, China aprobó una ley para prohibir el consumo de animales salvajes.
Ahora, Shenzhen prohibirá el consumo de animales salvajes protegidos por el estado y otros animales salvajes terrestres tomados de la naturaleza, así como especies silvestres terrestres criadas en cautividad. Además, también se prohibirá el consumo de animales criados como mascotas, como gatos y perros.
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Los animales que aún son legal consumir incluyen cerdo, ganado vacuno, ovejas, burros, conejos, pollos, patos, gansos, palomas, codornices, así como animales acuáticos que no están prohibidos por otras leyes o reglamentos.
“Si son declarados culpables, serán sujetos a una multa de 30 veces el valor del animal salvaje, si el animal está por encima del valor de $CNY 10 mil ($USD 1.400)”, anunciaron las autoridades.
Se cree que el brote de coronavirus comenzó en un mercado de vida silvestre en la ciudad china de Wuhan, y las autoridades han reconocido que necesitan controlar la lucrativa industria de la vida silvestre para evitar otro brote.
Sin embargo, finalizar el comercio será difícil. Las raíces culturales del uso de animales salvajes en China son profundas, no solo para la alimentación sino también para la medicina tradicional, la ropa, los adornos e incluso las mascotas.
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Esta no es la primera vez que los funcionarios chinos intentan contener el comercio. En 2003, las civetas, criaturas de tipo mangosta, fueron prohibidas y sacrificadas en grandes cantidades después de que se descubrió que probablemente transfirieron el virus del SARS a los humanos.
La venta de serpientes también fue brevemente prohibida en Guangzhou después del brote de SARS. Pero hoy en día los platos que usan los animales todavía se comen en partes de China.