“Temo que alguien me vaya a matar”, dijo la joven a su madre antes de su desaparición.
Días antes de que su cuerpo fuera encontrado dentro de una maleta, cerca de una carretera de Connecticut, Valerie Reyes llamó a su madre aterrorizada de que alguien la matara.
“Estaba realmente asustada, muy asustada”, dijo su madre Norma Sánchez, a WABC, afiliada de CNN.
La joven de 24 años había estado viviendo en un apartamento en un sótano en New Rochelle, Nueva York, durante algún tiempo, pero recientemente se había vuelto ansiosa e incluso se sentía paranoica de estar sola allí.
“Temo que alguien me vaya a matar”, le dijo Reyes a su madre.
Pero no está claro por qué Reyes tenía miedo. Sánchez dijo que su hija no mencionó si le tenía miedo a alguien en particular.
Este martes, un grupo de trabajadores de la carretera encontró el cuerpo de Reyes metido en una maleta roja en la afluente ciudad de Greenwich, Connecticut, a unos 23 kilómetros de su apartamento.
Al menos tres departamentos de policía se han unido a la investigación, pero no se ha nombrado ningún sospechoso. Mientras tanto, su familia y amigos están haciendo malabarismos entre su el dolor y su búsqueda de justicia.
Desaparecida por una semana
Reyes desapareció desde la mañana del 29 de enero, dijo la policía. Ni su familia ni los empleados de la librería Barnes & Noble en Eastchester, donde había estado trabajando durante casi tres años, la habían visto durante unos días.
Varios folletos con fotos de Reyes y su descripción comenzaron a aparecer en la ciudad de Nueva York, mientras que sus familiares comenzaron a hacer peticiones en las redes sociales para obtener información sobre su paradero.
“Teníamos la esperanza de que volviera”, le dijo a WABC una de sus primas, Angélica Reyes . “Es todo lo que sabíamos. Que ella estaba en la ciudad, así que pensamos que estaba buscando ayuda”.
La semana pasada, el Departamento de Policía de Nueva York tuiteó una foto de Reyes preguntando si alguien la había visto.
“Fue vista por última vez con un abrigo verde, jeans negros y zapatos negros. Sufre de ansiedad y depresión”, escribió la policía.
Lee también: Un misterioso fango en una de las islas más nuevas del mundo intriga a los científicos
Una maleta roja escondía su cuerpo
Una semana después de la desaparición de Reyes, un grupo de trabajadores de la carretera que se encontraban en un barrido de rutina vieron una maleta roja en una zona boscosa en Greenwich.
La maleta estaba a unos 5 a 7 metros de la carretera, en un vecindario tranquilo. Cuando abrieron la bolsa encontraron a una mujer con las manos y los pies atados, dijeron las autoridades.
Greenwich, con una población de alrededor de 63.000 habitantes, se encuentra en Long Island Sound, a unos 57 kilómetros de la ciudad de Nueva York. La ciudad próspera es el hogar de fondos de cobertura y empresas financieras.
El cuerpo fue identificado como el de Reyes el miércoles.
La oficina del médico forense de Connecticut, que ayudó a identificar a Reyes, no había divulgado la causa ni la forma de muerte hasta el sábado. Podría tomar hasta ocho semanas antes de que el informe esté disponible, dijo la oficina.
Uno de los trabajadores, que no ha sido identificado, fue puesto en licencia remunerada para tomar fotos del cuerpo de Reyes y la escena del crimen.
“La víctima era una hija, una hermana y una prima de una familia que está sufriendo una tremenda pérdida en este momento”, dijo en un comunicado el alcalde Peter J. Tesei. “Este comportamiento irreflexivo e insensible de un empleado es inexcusable”.
La policía, que vestía trajes blancos de protección, pasó varias horas en el departamento de Reyes este viernes, informó WCBS, afiliada de CNN, y llevaba bolsas de papel cuando se fueron.
Las autoridades instan a cualquier persona con información a que llame a una línea directa anónima al 203-622-3333.
“Tarde o temprano lo atraparán”, dice la madre
Al atardecer del jueves, una multitud de parientes y amigos se pararon alrededor de un círculo de velas con imágenes de Jesús y la Virgen María.
Cantaron himnos en español y rezaron el rosario en Glen Island Park en New Rochelle. Algunos sostenían velas y flores, otros se abrazaban y sollozaban silenciosamente.
“Mi hija no merecía lo que le hiciste. Mi hija era pura”, dijo Sánchez en la vigilia, dirigiéndose a quien sea responsable de la muerte de su hija.
“Tarde o temprano lo atraparán, lo sé”, agregó.