Con un total de 3.082 en disputa y 70. 244 candidatos, los comicios de este domingo serán inéditos, pues contarán por primera vez en 15 años con observadores de la Unión Europea y, además, se materializará el retorno de una oposición que no participa en el proceso desde 2018.
(CNN en Español) — Venezuela celebra este domingo elecciones regionales y municipales. Estos comicios volverán a tener observadores de la Unión Europea tras 15 años de ausencia de misiones internacionales. Más importante aún, contarán con el retorno de la oposición, que no participaba desde 2018.
De acuerdo con el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE), este 21 de noviembre se eligen gobernadores de los 23 estados, 335 alcaldes, 253 legisladores de los Consejos Legislativos y 2.471 concejales municipales. En total, hay 3.082 cargos en juego.
Esto significa además que compiten 70.244 candidatos de 37 partidos nacionales: 329 para los 23 cargos de gobernador, 4.462 candidatos para las 335 alcaldías y 65.453 para las asambleas legislativas y concejos municipales, según el CNE.
Es, además, la primera vez que el CNE celebra elecciones regionales y municipales en un mismo día, en lo que fue la primera decisión de las nuevas autoridades del organismo, nombradas en mayo por la Asamblea Nacional, que se quedó bajo control del gobierno de Nicolás Maduro luego de las controvertidas elecciones en 2020, cuya legitimidad no es reconocida por Estados Unidos, la Unión Europea y otros países de América.
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Las nuevas autoridades llegan en medio de un acuerdo entre el cuestionado mandatario y las principales fuerzas de la oposición, que se da en el marco de los diálogos que las dos partes lanzaron en agosto en México.
El gobierno de Venezuela suspendió, sin embargo, los diálogos con la oposición en octubre, luego de la extradición a Estados Unidos del empresario colombiano Alex Saab, a quien el Departamento de Justicia calificó como un testaferro de Maduro.
Desde 2018, en la oposición se han saltado tres procesos electorales por considerar que no existían las condiciones para que se desarrollaran unas elecciones justas, libres y transparentes. Entre estos se encuentra las elecciones parlamentarias de 2020.
Para estas elecciones, la oposición mayoritaria, reunida bajo la llamada Plataforma Unitaria, anunció el 31 de agosto que había inscrito candidatos a 23 gobernaciones y 335 alcaldías.
Las mesas de votación abrirán a las 6:00 A.M. y cerrarán a las 6:00 P.M., y habrá medidas sanitarias especiales debido a la pandemia de COVID-19.
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En mayo el presidente del CNE, Pedro Calzadilla, también dijo que se acordó “garantizar el más amplio programa de veeduría internacional” con el fin de “garantizar la mayor presencia posible”.
Esta medida forma parte de una lista de exigencias que ha hecho la oposición durante varios años.
De esta forma, la Unión Europea anunció en septiembre que enviaría una misión para observar estas elecciones regionales y municipales en Venezuela, por invitación del CNE.
Es la primera vez desde diciembre de 2006 que Venezuela acepta observadores de la UE. En aquellas elecciones el entonces presidente Hugo Chávez obtuvo la victoria y fue reelegido.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, designó a la parlamentaria europea Isabel Santos para dirigir la misión observadora.
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También habrá un panel de expertos de las Naciones Unidas en el país, mientras que el Centro Carter enviará a seis expertos para “evaluar aspectos clave del proceso electoral”, según indicó en su sitio la organización, con sede en Atlanta.
Con su participación en estas elecciones, la UE corre el riesgo de chocar con Estados Unidos, su aliado más importante.
En los últimos años, marcados por el colapso económico venezolano y la impugnación de las elecciones por parte de la oposición, Estados Unidos ha respaldado esfuerzos para que Maduro dejara el poder, coordinando sanciones y reconociendo como líder legítimo al presidente de la Asamblea Legislativa elegida en 2015, Juan Guaidó.
La UE acompañó inicialmente a Estados Unidos en el apoyo a Guaidó, pero a principios de 2021 abandonó su reconocimiento a Guaidó como presidente interino.
La situación económica, social y política en Venezuela se ha deteriorando de forma creciente en la última década, de la mano de la caída en el precio del petróleo, principal producto de exportación del país. De acuerdo con un estudio de la Universidad Católica Andrés Bello, en 2020 registraba una pobreza del 80%, en medio de fallas en el suministro de agua y electricidad, y escasez.
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El Fondo Monetario Internacional proyectó para el 2021 una inflación del 2.700% en Venezuela, y una caída del PIB del 5%, lo cual se acumularía a caídas anteriores del 30% (2020), 35% (2019) y 19,6% (2018).
A las duras condiciones económicas y sociales se suman las persecuciones políticas y violaciones de derechos humanos denunciadas por Human Rights Watch y la ONU, y que, en conjunto, han provocado un éxodo de venezolanos, calculado hasta la fecha en 5,4 millones de personas, de acuerdo al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
El canciller Jorge Arreaza rechazó las acusaciones sobre presuntas violaciones de derechos humanos y dijo en 2020 que el informe de la ONU estaba “plagado de falsedades” y elaborado “sin rigor”.
Experto en política estadounidense y ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos de EE.UU., el cientista político chileno analiza las elecciones presidenciales y su impacto en la relación de EE.UU. con América Latina.
