La propuesta del libertario de cambiar la moneda argentina del peso al dólar estadounidense se basa en el argumento de que el dólar es más fuerte que el peso y, a diferencia del peso, no se puede imprimir a voluntad. ¿Qué pasará tras su victoria?
(CNN) – La victoria del libertario Javier Milei este domingo en la segunda vuelta presidencial de Argentina tiene consecuencias de largo alcance para la economía en dificultades del país, incluido el destino del peso.
Como un outsider político que se postuló con la promesa de “romper el status quo”, la plataforma económica de Milei se basaba en el deseo de dolarizar la economía argentina. La dolarización significa que el país renunciaría al peso argentino y utilizaría el dólar estadounidense como moneda.
En caso de que esto suceda, la política lanzaría a la nación a territorio desconocido: ningún país del tamaño de Argentina entregó previamente las riendas de su propia política monetaria a quienes toman las decisiones en Washington.
Ecuador y El Salvador también dolarizaron sus economías para combatir la inflación.
Argentina tiene una de las tasas de inflación más altas del mundo. Datos publicados la semana pasada mostraron que los precios aumentaron un 142% año tras año. La propuesta de Milei de cambiar la moneda argentina del peso al dólar estadounidense se basa en el argumento de que el dólar es más fuerte que el peso y, a diferencia del peso, no se puede imprimir a voluntad.
Su visión atrajo la atención internacional y una serie de advertencias de los críticos, quienes se refieren a la medida como una camisa de fuerza, diciendo que la dolarización resulta en que un país pierda autonomía para influir en la economía a través de medidas de política monetaria como cambios en las tasas de interés.
Sergio Massa, el actual ministro de Economía del país y oponente de Milei en la segunda vuelta, había criticado el plan de dolarización como una rendición de la soberanía nacional.
Los defensores del plan, incluidos analistas del Instituto Cato, un grupo de expertos económicos libertarios con sede en Washington, favorecen la medida como una estrategia práctica para controlar lo que ha sido un problema que ha durado décadas.
Las actividades están enmarcadas en el lema "Salgamos a jugar", por lo que el énfasis estará en los juegos tradicionales y la "transmisión intergeneracional de la riqueza cultural". La jornada se realizará en 16 regiones del país.
