Putin aterrizó en Corea del Norte este miércoles, exactamente 24 años después de su última visita a Pyongyang, en una muestra de la profundización del acercamiento entre ambos países frente a la animadversión compartida hacia Occidente y la preocupación internacional por su creciente cooperación militar.
(CNN) — Vladimir Putin declaró que Rusia y Corea del Norte han estrechado sus lazos a un “nuevo nivel”, comprometiéndose a ayudarse mutuamente en caso de que cualquiera de las dos naciones sea atacada, en una nueva asociación “revolucionaria” anunciada durante la inédita visita del presidente ruso al solitario Estado.
Miles de norcoreanos coreando “bienvenido Putin” se alinearon en los amplios bulevares de la ciudad blandiendo banderas rusas y norcoreanas y ramos de flores, mientras el mandatario iniciaba su primera visita a Corea del Norte en 24 años con un fino despliegue coreográfico de la influencia de la dictadura.
A continuación, ambos firmaron la nueva asociación estratégica que sustituye a los anteriores acuerdos firmados en 1961, 2000 y 2001, según la agencia estatal rusa de noticias TASS. “El acuerdo de asociación global firmado hoy incluye, entre otras cosas, la prestación de asistencia mutua en caso de agresión contra una de las partes de este acuerdo“, declaró Putin tras la reunión.
Afirmó que el acuerdo abarca las “esferas política, comercial, de inversión y cultural, y también la de seguridad”, y calificó el pacto de “documento de verdadero avance”.
El presidente ruso Vladimir Putin (d) y el líder supremo norcoreano Kim Jong Un asisten a una ceremonia de bienvenida el 19 de junio de 2024 en Pyongyang, Corea del Norte. | Stringer/Getty Images vía CNN Newsource
Putin también declaró que los simulacros conjuntos en los que participan Estados Unidos, Corea del Sur y Japón son “hostiles” hacia Corea del Norte”, y calificó la política estadounidense de “confrontacional”.
Kim Jong Un, por su parte, calificó la nueva “alianza” como un “momento decisivo en el desarrollo de las relaciones bilaterales”.
Pero el acuerdo entre los dos autócratas también planteó muchas preguntas, como si la disuasión nuclear de Rusia se extiende ahora a Corea del Norte, y viceversa, o si las dos naciones realizarán ahora ejercicios militares conjuntos.
Putin, recibido con bombos y platillos
Putin fue recibido con exuberantes celebraciones en una ceremonia de bienvenida con su homólogo en la plaza Kim Il Sung, en el corazón de la capital norcoreana, donde soldados montados, personal militar y niños con globos en las manos vitoreaban con el telón de fondo de grandes retratos del cada líder.
Los dos líderes presentaron a sus respectivos funcionarios y permanecieron juntos mientras sonaba el himno nacional ruso, antes de partir hombro con hombro en una limusina descapotable mientras sonreían y saludaban a la multitud.
La puesta en escena reflejaba la dependencia de Corea del Norte de Moscú y probablemente pretendía recordar a Occidente que Putin sigue teniendo una influencia considerable, al menos, en algunos rincones del mundo, tras su invasión a gran escala de Ucrania en 2022.
La relación también es importante para Rusia. Múltiples gobiernos han acusado a Pyongyang de suministrar armas a Moscú para su guerra de molienda en Ucrania, una acusación que ambos países han negado, a pesar de las pruebas significativas de tales transferencias.
El líder norcoreano Kim Jong Un y el presidente ruso Vladimir Putin salen de una ceremonia de bienvenida en la plaza Kim Il Sung de Pyongyang el 19 de junio | Gavriil Grigorov/Pool/AFP/Sputnik/Getty Images vía CNN Newsource
El miércoles, Putin regaló a Kim un vehículo Aurus cuando ambos líderes intercambiaron regalos, según los medios estatales rusos; es la segunda vez que Putin obsequia a su homólogo con este modelo de automóvil. Según el ayudante de Putin, Yuri Ushakov, el líder ruso también obsequió a Kim con un juego de té. Ushakov no especificó qué recibió Putin, pero dijo que “también fueron buenos regalos”.
Putin aterrizó en Corea del Norte en las primeras horas del miércoles (hora local), exactamente 24 años después de su última visita a Pyongyang, en una visita que anuncia la profundización del acercamiento entre ambos países frente a la animadversión compartida hacia Occidente y la preocupación internacional por su creciente cooperación militar.
En declaraciones previas a las conversaciones entre ambos, Kim expresó su “pleno apoyo y solidaridad con las luchas del gGobierno, el ejército y el pueblo rusos“, señalando específicamente la guerra de Moscú en Ucrania “para proteger su propia soberanía, seguridad y estabilidad territorial”.
“La situación sigue siendo complicada y cambiante, pero me gustaría aprovechar esta oportunidad para reiterar que seguiremos reforzando y estrechando la comunicación estratégica con los dirigentes (rusos)”, añadió Kim.
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Putin destacó que los lazos entre ambos países se basan en la “igualdad y el respeto mutuo” y afirmó que el nuevo acuerdo bilateral previsto “sentará las bases de las relaciones entre ambos Estados durante muchos años”, según la agencia estatal rusa TASS. También añadió que esperaba que Kim visitara Moscú en su próxima reunión.
La floreciente relación ha suscitado preocupación tanto en Seúl como en Washington, no sólo por las transferencias de armas de Corea del Norte a Rusia, sino también por la posibilidad de que Moscú transfiera su superior tecnología militar para ayudar al programa armamentístico de Pyongyang, fuertemente sancionado.
Apoyo inquebrantable
Kim, líder de la tercera generación de una dinastía que ha gobernado Corea del Norte con puño de hierro, sonreía visiblemente al saludar a Putin en el aeropuerto en la madrugada del miércoles, según mostraron las imágenes de vídeo de la llegada del líder ruso.
La histórica visita supone un importante espaldarazo para Kim, que sigue aislado en la escena mundial y no ha recibido a otro líder mundial en su capital desde la pandemia.
Se produce en un momento en que las tensiones siguen siendo elevadas en la península coreana, donde Kim ha intensificado en los últimos meses el lenguaje belicoso y ha abandonado una política de larga data de búsqueda de la reunificación pacífica con Corea del Sur, en medio de la alarma en Pyongyang por el estrechamiento de la coordinación entre Estados Unidos, Corea del Sur y Japón.
Los medios de comunicación estatales norcoreanos dieron mucha importancia a la estrecha relación entre Kim y Putin, describiéndolos como “intercambiando sus pensamientos más íntimos y abriendo sus mentes para desarrollar con mayor seguridad las relaciones (Corea del Norte-Rusia)”, mientras viajaban juntos desde el aeropuerto hasta la Casa de Huéspedes del Estado de Kumsusan, donde se aloja Putin.
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El viaje de Putin sigue a la histórica visita de Kim a Rusia el año pasado, en la que se consideró que ambos líderes abrían un nuevo capítulo en sus relaciones, basado en la necesidad de Putin de armas norcoreanas para su ofensiva en curso.
Rusia ha recibido más de 10 mil contenedores de transporte -el equivalente a 260 mil toneladas métricas de municiones o material relacionado con municiones- de Corea del Norte desde septiembre, según una declaración estadounidense de febrero. Las fuerzas rusas también han lanzado al menos 10 misiles de fabricación norcoreana sobre Ucrania desde septiembre, según declaró también un funcionario estadounidense en marzo.
En general, se considera que el líder ruso quiere asegurarse este apoyo continuado, que puede ser especialmente urgente cuando entre en vigor el retraso de la ayuda militar estadounidense a Ucrania.
Putin también trató de vincular la reunión de hoy a los lazos históricos entre Moscú y Pyongyang. Las “hazañas de las generaciones anteriores” fueron una “buena base para el desarrollo de las relaciones” entre las dos naciones, dijo a Kim, según el medio de comunicación estatal ruso TASS.
Una larga historia
Putin realizó su última visita a Pyongyang en 2000 para reunirse con el difunto padre y predecesor de Kim, Kim Jong II. Ese viaje, semanas después de la toma de posesión de Putin para su primer mandato como presidente, le convirtió en el primer jefe de Estado ruso en visitar Corea del Norte.
El mayor de los Kim visitó Moscú en 2001 y realizó un maratoniano viaje en tren de nueve días por Rusia para asistir a la reunión, en lo que fue su segundo viaje al extranjero tras una visita anterior a China.
En 2000, ambos países firmaron un nuevo acuerdo de cooperación. A diferencia de un documento de 1961 entre la Unión Soviética y Corea del Norte, esa nueva iteración no incluía referencias a la asistencia mutua en defensa militar, pero se consideró un paso importante en la reactivación de una relación tensa y estrechamente vinculada.
Los dos vecinos mantienen profundos lazos en la península coreana. El abuelo de Kim, Kim Il Sung, llegó al poder a finales de la década de 1940 como parte de los esfuerzos soviéticos por instalar un gobierno comunista en el norte que rivalizara con el gobierno estadounidense en el sur tras la derrota del ejército imperial japonés durante la Segunda Guerra Mundial.
El presidente ruso Vladimir Putin, a la derecha, estrecha la mano del líder norcoreano Kim Jong Il, a su llegada a Pyongyang, el miércoles 19 de julio de 2000 | ITAR-TASS/AP vía CNN Newsource
Pero las relaciones, estrechamente integradas, se deshilacharon y transformaron en las décadas intermedias, cuando la Unión Soviética se derrumbó y el nuevo Estado de Rusia estableció relaciones diplomáticas con Seúl y apoyó múltiples sanciones de las Naciones Unidas al programa armamentístico norcoreano.
La última oleada de diplomacia se produce cuando las frustraciones compartidas con Occidente han acercado a ambos países, una tendencia que, según los observadores, se ha acelerado con la guerra de Ucrania y ha visto cómo Corea del Norte se ganaba un poderoso amigo en el Consejo de Seguridad de la ONU.
En marzo, Moscú vetó una resolución de la ONU para renovar la supervisión independiente de las violaciones de las sanciones del Consejo de Seguridad por parte de Corea del Norte, lo que hizo temer que la relación debilitara los controles sobre el programa armamentístico ilegal de Kim.