Columna de Camila Flores: Marraqueta bajo el brazo
Por Camila Flores
03.05.2023 / 20:09
La diputada y militante de Renovación Nacional, se refirió a la reacción del oficialismo ante su propuesta, conocida como "La Ley de la Marraqueta", que busca garantizar dos millones de pesos como base para la jubilación de cada niño al momento de nacer."Solo les interesa privilegiar su ideología y su sesgo, demostrando su desconfianza", expresó.
A propósito del día del trabajador, el pasado 1 de mayo, el presidente Gabriel Boric, realizó un discurso apelando a la unidad de los sectores políticos para sacar adelante la reforma al sistema de pensiones, una de las grandes promesas de campaña del Gobierno y que hoy se ve entrampada debido a la misma falta de voluntad de ellos para ceder en puntos que son fundamentales, si lo que queremos es garantizar mejores pensiones para los chilenos. Sin embargo, parece que no les interesa resolver el problema de fondo, sino que a toda costa terminar con las AFP.
Lo anterior, queda de manifiesto en la férrea oposición que han mostrado a iniciativas que tienen como objetivo, precisamente, mejorar el monto de las pensiones a futuro. Tales como, el proyecto de resolución que estoy impulsando, popularmente conocido como “La Ley de la Marraqueta”, que busca que cada niño nacido en nuestro país tenga dos millones de pesos como base para poder tener el día de mañana un piso mínimo en la jubilación. Una propuesta que hemos venido trabajando hace bastantes años y hemos obtenido el apoyo transversal de distintos diputados y senadores, pero lamentablemente no existe voluntad del Gobierno para avanzar en esta iniciativa, así quedó de manifiesto tras los dichos de la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, quien le dio un portazo a esta idea.
Lamento profundamente que a la ministra Jara no le interesen las bajas pensiones que tenemos en el país y lo único que le importa es terminar con las AFP, mas no le interesa que tengamos mejores pensiones. Solo les interesa privilegiar su ideología y su sesgo, demostrando su desconfianza que permanentemente se ve plasmada en las distintas políticas públicas que presentamos desde la oposición.
Desgraciadamente con un Gobierno así de poco dialogante, es difícil poder sentarse a la mesa para conseguir grandes acuerdos, perjudicando una vez más a todos los ciudadanos.