Carolina Abuauad, investigadora asociada de la Fundación P!ensa, reflexiona sobre el fallo del Tricel, que suspendió por un mes al alcalde de Valparaíso por considerar que incurrió en un abandono de deberes. "La situación comunal es decadente y pide a gritos avanzar en materia de transparencia de la ejecución del gasto público, desarrollo económico, seguridad, educación, infraestructura y vivienda", menciona en su columna.
La sentencia del Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel) en contra del alcalde Jorge Sharp levanta nuevamente preocupaciones en torno al manejo de recursos fiscales en las municipalidades y órganos regionales del Estado. Esta vez, el edil quedará suspendido de sus funciones por un mes ante pagos irregulares que involucran a dos importantes liceos de la comuna.
La supervigilancia de estos pagos es responsabilidad del alcalde. Más de 200 millones de pesos fueron utilizados en pagos de bonos, compra de alimentos y bebidas -incluyendo bebidas alcohólicas-, a pesar de que este dinero legalmente debía destinarse para otros fines. Así, y a pesar de que el alcalde niega su notable abandono de deberes, no lograr una asignación eficiente de los dineros municipales en una comuna y capital regional que presenta un deterioro importante en diversos aspectos, sí podría ser calificado como tal.
Comenzando con el mal uso de los dineros en los órganos regionales del Estado, Valparaíso es una de las comunas que se caracteriza por no remitir a la SUBDERE los informes del detalle mensual de los pasivos que establece la Ley 20.237. De hecho, un estudio de Fundación P!ensa publicado este año muestra que Valparaíso se encuentra entre las comunas con más bajo cumplimiento de esta ley dentro de la región, con solo un 4.6%, lo que da cuenta de los bajos estándares de transparencia del municipio.
Avanzar en transparencia a nivel regional es uno de los pasos previos para lograr una adecuada descentralización. Mas aún cuando los líos de plata, los convenios y la falta de probidad fueron los principales detractores del proyecto de descentralización fiscal. En este contexto, y en una región con indicadores económicos empobrecidos, la deficiente supervigilancia que llevó a que los dineros municipales fueran mal asignados hace pensar que estos se podrían haber destinado a subsanar un sinnúmero de déficits que enfrenta la comuna.
En primer lugar, y con respecto a la educación -que es el principal hecho de la causa en la sentencia del Tricel-, durante la pandemia más de cuatro mil estudiantes abandonaron sus estudios en la región de Valparaíso. Sin embargo, a tres años de la crisis sanitaria las matrículas aún no se recuperan al nivel de 2020 y, según un informe de Acción Educar, la región de Valparaíso se encuentra entre las primeras a nivel nacional con mayor desvinculación en establecimientos municipales (3.1% de los matriculados).
A pesar de los esfuerzos de la Seremi de Educación por disminuir la inasistencia escolar grave, el levantamiento de información para recién comenzar a tener claridad respecto de las razones del abandono escolar se inició este año con el lanzamiento del programa “Asistencia y Revinculación escolar”. En otras palabras, los dineros que en la alcaldía de Valparaíso se asignaron sin la adecuada supervigilancia podrían haberse destinado a disminuir la deserción escolar, considerando que las municipalidades son los órganos del Estado más cercanos a las personas y, por ende, son capaces de reunir información sobre las razones de desvinculación de manera más eficiente.
La deserción escolar es uno de los importantes déficits de la región y la comuna. En este contexto, diversos estudios dan cuenta de la gravedad de la deserción para países de América Latina (Walker 2004 para Colombia, Santos Araujo 2022 para Brasil y Berthelon y Kruger 2011 para Chile) y muestran una intrínseca relación entre la deserción y la delincuencia, otro de los problemas cuya tendencia creciente en Valparaíso ha levantado nuevas banderas rojas.
A lo anterior se suma el triste comunicado de la embajada estadounidense en Chile, advirtiendo a sus ciudadanos de tener cuidado con la tendencia creciente del crimen en Valparaíso y Viña del Mar e indicándoles cómo actuar en caso de ser víctimas de un delito.
Además de la delincuencia, hemos observado un crecimiento desmedido del comercio ambulante, que tras darse a conocer la sentencia del Tricel salió a manifestar su apoyo hacia Jorge Sharp. Este apoyo probablemente se basa en una especie de acuerdo implícito entre las autoridades comunales y los vendedores informales que les permite funcionar con total “normalidad” al margen de la ley, exentos de controles policiales y de pagar todo tipo de impuestos.
El fenómeno anterior se ha dado en un contexto de fuga del comercio, con empresas con domicilio histórico en el puerto -como Esval, Agunsa y Emporio la Rosa- que se han trasladado a Viña del Mar, lo que da cuenta de un deterioro estructural de una comuna que ya no es atractiva ni para trabajar ni para vivir.
Valparaíso es la segunda comuna en la región con mayor cantidad de campamentos luego de Viña del Mar. El estudio “Construyendo Valparaíso” de la Fundación P!ensa (2022) dejó en evidencia el importante déficit habitacional de la comuna, el que asciende en torno a las 9 mil viviendas.
La decadente situación comunal en aspectos como la educación y la vivienda adquieren especial relevancia en una región en que la pobreza se erradica a paso mucho más lento que en el resto del país. En este contexto, al analizar la última encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN), las cifras de pobreza multidimensional que incluyen, entre otras, las dimensiones de educación y seguridad (dentro de las redes y cohesión social), posicionan a la región en una situación más vulnerable que el promedio nacional (17,2% de la población versus 16,9% nivel nacional). Además, se observa que la caída en esta clasificación de pobreza entre las encuestas de 2017 y 2022 es menor que en doce regiones, mostrando un avance más acotado en esta materia que la gran mayoría del país. Por último, al separar el análisis por persona nacida en Chile versus fuera de Chile, se ve que la disminución de la pobreza multidimensional de las personas de la región que nacieron en Chile entre ambas encuestas es de 2,2 puntos porcentuales, superada solo por Antofagasta.
La situación comunal es decadente y pide a gritos avanzar en materia de transparencia de la ejecución del gasto público, desarrollo económico, seguridad, educación, infraestructura y vivienda, por mencionar algunos aspectos en los que el déficit es evidente.
Dicho lo anterior, la sanción comunicada por el Tricel esta semana no hace más que poner en evidencia el notable abandono de deberes por parte del alcalde Jorge Sharp. La comuna de Valparaíso es la capital de la segunda región más poblada del país, con el tercer mayor PIB regional luego de la región Metropolitana y Antofagasta, y aun así se va quedando atrás. El municipio, como órgano estatal más cercano a sus ciudadanos, tiene la responsabilidad de identificar las brechas y falencias de la población que les previenen alcanzar un nivel deseado de calidad de vida, y deben hacer lo que está en sus facultades para impulsar avances.