En su columna de opinión, la subsecretaria de Educación aborda el reingreso de estudiantes que habían dejado el sistema educativo, que de 2023 a 2024 significó que uno de cada tres jóvenes que habían abandonado su educación volvieran a esta.
En un contexto marcado por los efectos sociales y educativos de la pandemia, la promoción de la asistencia y la revinculación han sido una prioridad central, tanto para nosotros como gobierno, como para las y los distintos actores comprometidos con la educación en nuestro país. Hoy, con esperanza por los avances, y sentido de urgencia por los desafíos existentes, observamos que las políticas desplegadas y las estrategias de las comunidades educativas comienzan a mostrar resultados.
Este año hemos logrado una reducción significativa en la tasa de desvinculación de estudiantes. El sistema educativo logró mantener a 3.300 escolares más que el año anterior y 17.110 estudiantes que se habían desvinculado de la escuela en 2023 este año volvieron a las aulas, es decir, uno de cada tres estudiantes desvinculados retornó al sistema.
Por otro lado, se evidencia una mejora en aquellos estudiantes del quintil socioeconómico de menores ingresos, quienes alcanzaron su nivel más bajo de desvinculación en los últimos diez años. En contraste, el aumento más importante de desvinculación educativa se dio en el quintil de mayores ingresos y en los establecimientos particulares pagados. Sin duda, este es un desafío que da cuenta de un fenómeno distinto a lo que enfrentábamos previamente, que requiere mayor análisis para poder adaptar algunas de las medidas de política educativa que actualmente están siendo efectivas en los quintiles más vulnerables, y responder así a este nuevo tipo de desvinculación.
Los resultados reflejan el efecto de políticas públicas como los reportes de asistencia y desvinculación del Plan de Reactivación Educativa, que han sido utilizados por los equipos directivos para tomar decisiones que permitan mejorar la revinculación y la asistencia. En particular, destaca el rol de la Nueva Educación Pública, siendo los Servicios Locales de Educación quienes muestran una mayor capacidad de revincular a las y los estudiantes fuera del sistema. A lo anterior, se suman los equipos territoriales de asistencia y revinculación que han trabajado en la identificación de niños, niñas y jóvenes que están, ya sea en riesgo de desvinculación, o fuera del sistema, tomando contacto con sus familias, para promover su retorno al sistema educativo.
Celebramos los buenos resultados, por cierto, pero mantenemos el desafío de seguir mejorando, porque el derecho a la educación de todos los niños y todas las niñas nos importa.
Otro ángulo que nos desafía guarda relación con que cerca de un cuarto de las y los estudiantes desvinculados están inscritos en exámenes de validación de estudios, y una proporción significativa proviene de los quintiles socioeconómicos más altos. En los últimos diez años, las inscripciones a estos exámenes se han cuadruplicado, lo que revela diversas razones detrás de esta elección y desde la política pública debemos entender estos fenómenos y plantear estrategias que respondan a las necesidades de las familias, junto con fortalecer la institución escolar como espacio fundamental para la cohesión y el desarrollo social. ¿Qué pasa que cada vez son más las familias que optan por una formación alternativa, fuera de la educación escolar? Si bien falta profundizar y levantar evidencia, pareciera ser que en muchos casos la escuela no está respondiendo a las necesidades de las familias y el mundo actual y del futuro. Es por esto que como gobierno estamos promoviendo una actualización curricular con participación de toda la ciudadanía, recursos y formación para el desarrollo socioemocional y la implementación de experiencias de innovación en los establecimientos educacionales.
En definitiva, cada acción que tomamos para proteger y fortalecer las trayectorias educativas es un compromiso con la sociedad que queremos construir; una sociedad que resguarda el derecho de todos y todas a una educación integral. Seguiremos trabajando incansablemente para fortalecer un sistema educativo que acoja, inspire, motive y guíe a las y los estudiantes en una experiencia formativa que les permita tanto desplegar sus proyectos de vida como aportar a un desarrollo humano inclusivo y sostenible en nuestro país. Porque cada niño, niña y joven cuenta.