"Es cosa de salir cualquier día, a cualquier hora, a cualquier calle, de cualquier ciudad y notar que nadie las respeta. Esto se debe a que el Gobierno no tiene la capacidad ni los recursos humanos para hacer una fiscalización efectiva, por lo que la medida pierde absolutamente todo su sentido sanitario y solo perjudica económicamente a las personas y empresas", escribe el diputado y presidente de la UDI.
El Gobierno anunció que toda la Región Metropolitana entrará a cuarentena. Desde el primer momento del anuncio, como partido nos declaramos enérgicamente contrarios a la medida, puesto que creemos que no tiene un impacto sanitario real y que son muchas más las consecuencias que los beneficios asociados.
Cuando la pandemia estaba iniciando, las cuarentenas estaban perfectamente justificadas, puesto que había que reducir la movilidad de las personas para poder contrarrestar los altos niveles de contagios, hospitalizaciones, usos de camas UCI y principalmente disminuir la tasa de mortalidad. Sin embargo, ya van 15 meses desde que se anunció el primer caso de Covid en Chile (marzo de 2020) y la realidad ha cambiado, pero la cuarentena como medida de mitigación se han mantenido.
Actualmente, aún cuando los indicadores no sean auspiciosos, las cuarentenas no tienen ningún sustento sanitario. Es cosa de salir cualquier día, a cualquier hora, a cualquier calle, de cualquier ciudad y notar que nadie las respeta. Esto se debe a que el Gobierno no tiene la capacidad ni los recursos humanos para hacer una fiscalización efectiva, por lo que la medida pierde absolutamente todo su sentido sanitario y solo perjudica económicamente a las personas y empresas.
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Las medidas de confinamiento prolongado han sido una gran carga para las pymes y emprendedores, y decenas de miles de ellos han tenido que abandonar sus negocios y declararse en quiebra. Esto ha aumentado la tasa de desempleo y acentuado la severa crisis económica que atraviesa Chile. Y si consideramos que las pymes son el verdadero motor de la economía, seguir utilizando medidas que afectan su correcto desarrollo atenta directamente contra la solución para salir de la crisis, que es precisamente el otorgamiento de libertad para el desarrollo de la actividad económica.
Ahora bien, estar en contra de las cuarentenas no significa ser irresponsable o ignorante, como algunas personas han intentado instalar. Por cierto que estamos conscientes de la situación crítica que se vive en las Unidades de Cuidados Intensivos, y es por eso que el primer llamado sigue siendo a cuidarse, usar mascarillas, mantener distanciamiento social y lavarse constantemente las manos. Pero también sabemos que las cuarentenas no son la solución al problema. De hecho, el foco de hoy debería estar puesto en aumentar la cantidad de vacunados. Más del 90% de las personas que están en camas UCI no han completado su programa de vacunación. Desde la UDI creemos que es momento de innovar con nuevas medidas que combatan la pandemia con efectivad y que generen incentivos para vacunarse.
Entre las medidas que proponemos están: que el Gobierno invierta en detectores de CO2 y que el parámetro de aforos sea la calidad del aire; entrega masiva de mascarillas NK95 a pymes y emprendedores, junto con medido de CO2; aumentar los aforos en los lugares abiertos; y circulación libre para aquellas personas que cuenten con las dos dosis de la vacuna. Estas son algunas de las medidas que podrían tener un impacto sanitario real en la pandemia y que no restringen la libertad de las personas, ni tampoco frenan la necesaria reactivación económica.
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Otro elemento a considerar es que las cuarentenas ya no tiene justificación sanitaria y parecen más bien una medida de carácter político, que una verdadera iniciativa para combatir los indicadores de la pandemia. Es por eso por lo que, desde la UDI, estamos reflexionando aprobar la extensión del estado de excepción, puesto que no estamos de acuerdo con que sigan imponiendo medidas de confinamiento ineficaces como las cuarentenas. No obstante, intentaremos entablar una negociación con el Gobierno para llegar a un acuerdo que favorezca a todos los chilenos.
Por último, quiero ser bien enfático en señalar que el vaivén en los indicadores de la pandemia no es responsabilidad exclusiva del gobierno. Si bien hay que buscar un responsable por la gestión, por momentos se nos olvida que vivimos bajo la idea de la “ilusión del control”, en la que creemos, erradamente, que tenemos control sobre todo lo que nos rodea. La situación está como está por culpa de virus, y si bien todo lo que se ha hecho ha sido para mitigar el impacto, hay un comportamiento epidemiológico que sigue siendo indescifrable. Es por esto que nuestra voluntad siempre será contribuir con el combate de la pandemia, pero también salvaguardar el legítimo derecho de las personas de moverse y trabajar.