Columna de Paulina Vodanovic: Que el gobierno, gobierne
Tras el atentado sufrido por un equipo de prensa de TVN en Tirúa, la presidenta de la Fundación Horizonte Ciudadano plantea que, para acabar con la delincuencia y el atentado en la zona, no basta con un delegado para la zona macrosur. "Se necesita al gobierno: que el ministro del Interior esté presente y activo", opina.
Si hay algo que no puede dejar de hacer un gobierno es adoptar medidas y políticas públicas oportunamente. El Estado hoy no está donde se le necesita. Ha abandonado a la llamada macrozona sur, donde según el despedido coordinador, campea la delincuencia y el narcotráfico.
También lo señalan las victimas y periodistas que, presentes allá, narran cómo civiles están armados y cómo se distingue a los narcos a simple vista.
Es decir, para la población es evidente su existencia y no resulta difícil su identificación.
Sin embargo, para las policías y para quien debiera conducir las investigaciones, el Ministerio Publico, no parece ser tan evidente.
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Para el gobierno el problema es serio, según declaran las autoridades; pero envían -desde Santiago- a un nuevo coordinador.
Después del terrible atentado sufrido por el equipo de prensa de TVN, el coordinador anuncia querellas.
No basta.
Eso no soluciona el problema grave de orden público y abandono de la zona. Si no se puede transitar libremente y con seguridad por parte del país, no es un tema de coordinación.
No basta con un delegado contratado a honorarios, cuyas exactas funciones no aparecen claramente para la ciudadanía y tampoco para quienes debiera coordinar.
Se necesita al gobierno: que el ministro del Interior esté presente y activo. O la subsecretaria de Prevención del Delito (cuyo celo por perseguir delitos sanitarios debiera extenderse a los demás delitos), deben constituirse en la zona para dirigir -conforme a las potestades legales- un equipo que permita restablecer el estado de Derecho.
El Ministerio Público puede y debe nombrar a un fiscal exclusivo para que acumule las investigaciones y disponga diligencias útiles para llegar a esclarecer los hechos y poder imputar, acusar y condenar a quienes resulten responsables.
Es el momento de llevar a las y los mejores profesionales, expertos en investigación, y trabajar colaborativamente para develar la verdad que esconden los cada más frecuentes atentados. Qué intereses hay tras ellos y quienes son los responsables.
Recuperar el libre tránsito y la tranquilidad parece fácil, pero es un tremendo desafío.
Tal vez es el mayor de este gobierno -más allá de la pandemia- y necesita algo más que un delegado.
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Y en relación a las comunidades mapuche -que son también víctimas de esta situación, pues sus legítimas aspiraciones se diluyen entre ataques y sospechas-, el gobierno debe volver a escuchar. Algo que -sabemos- no es nada fácil para ellos.
No se requiere delegar, sino empoderar a la ministra Rubilar para conducir un diálogo fructífero con las comunidades, entender sus pretensiones y atender aquellas urgentes; la solución es con ellos, en su tierra, y no desde La Moneda.
Con las autoridades en terreno es posible abordar el problema. Eso demuestra voluntad política, no solo anunciar querellas y proyectos de ley.
El gobierno debe gobernar y no simplemente criticar por la falta de legislación idónea o delegar. Y debe hacerlo antes que sea demasiado tarde.