Columna de Ricardo Hernández: Polarización parlamentaria

Por Ricardo Hernández

05.03.2024 / 12:51

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El director del programa de Política y Sociedad del Instituto Res Publica proyecta en su columna cómo se viene el año legislativo 2024. "Son varias las señales e hitos que alertan que no tendrá aguas tranquilas en la arena política y, en especial, habrá importantes movimientos y cambio de posiciones de partidos y movimientos en el Parlamento", adelanta.


Inicia un nuevo año legislativo, y todo parece indicar que el Congreso Nacional enfrentará importantes desafíos para este año 2024. La reforma de pensiones, la insistencia de un pacto fiscal por parte del Gobierno, el proyecto de ley de sistema inteligente de permisos estatales, el resto de la agenda corta en materia de seguridad, el proyecto de reforma al sistema de salud, entre otras materias, se discutirán tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.

Sin embargo, son varias las señales e hitos que alertan que el presente año no tendrá aguas tranquilas en la arena política y, en especial, habrá importantes movimientos y cambio de posiciones de partidos y movimientos en el Parlamento.

“Pareciera que el Gobierno no está luchando por la justicia social, sino solamente por los acuerdos”, declaró el diputado Gonzalo Winter de Convergencia Social, en un intento por defender el ideario del programa de Gobierno del presidente Boric, en sintonía con su correligionario Diego Ibáñez, quien ha encendido los ánimos en las últimas votaciones en Cámara Naja.

En el Senado, órgano que históricamente se destaca por obtener una mayor presencia de acuerdos, no está ajeno a este fenómeno. Un estudio del Instituto Res Publica evidenció que ya el Senado en 2023 fue más polarizado entre los bloques de la derecha y la izquierda que en 2022, lo que se puede explicar por la fuerte irrupción del tema “seguridad” en la discusión pública, las elecciones de constituyentes en mayo y el plebiscito constitucional de diciembre.

Todo indica que esta polarización continuará durante todo el 2024. Las elecciones de las mesas directivas y presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado en los próximos días y la elección de octubre de autoridades locales, gobernadores, cores, alcaldes y concejales, podría traer consigo un reordenamiento del oficialismo y la oposición, así como nuevos acuerdos y alianzas.

El mismo estudio identificó que en los últimos años, los partidos de izquierda y centroizquierda y sus representantes en el Parlamento han tenido un fenómeno de dispersión significativo al momento de votar los distintos proyectos de ley en el pleno de la Cámara Alta, lo que explica que para el Gobierno es cada vez más difícil “alinear a los suyos” en pos de un objetivo común, en especial, en el Senado.

Mientras los partidos de las derechas votan cohesionadamente, con un aumento del nivel de cohesión del 37% entre 2022 y 2023, los partidos de izquierda y centroizquierda sufren con mayor fuerza divisiones y fugas de votos por parte de díscolos, disminuyendo su unidad interna en un 17% durante dichos años.

Un ejemplo de esto ha sido como el Gobierno ha abordado la inseguridad en el país y el paquete de reformas que actualmente se tramita en pos de avanzar en una agenda pro seguridad. Mientras la derecha vota en bloque, reforzada con votos de la centroizquierda, los partidos de Gobierno no se han adherido a las recomendaciones de la ministra del Interior, en razón de adherir a los acuerdos adoptados.

En este sentido, si se agudizan las posturas ideológicas respecto a la reforma tributaria, de pensiones o salud por parte del Gobierno y los parlamentarios oficialistas, el debate parlamentario podría traducirse en una insistencia en un alza de impuestos, en que parte importante de la cotización del trabajador no vaya a su cuenta individual, sino que deparen en fondos administrados por el Estado para otros fines, o en propuestas que tengan como consecuencia el fin de un sistema privado de salud que termine colapsando aún más el sistema estatal.

Por su parte, este año la oposición y, en especial, los partidos de derechas tendrán el desafío de estar a la altura del momento, dejando de lado mezquindades electorales y ofreciendo una alternativa real al avance estatista propuesto y no simplemente llegando a un punto medio entre lo que exige el oficialismo y la negativa de la oposición.

En un año de reordenamiento político y mayor polarización se requiere más que nunca señales claras, una defensa con valentía de ideas de la justicia y libertad, y un despliegue propositivo para enfrentar los problemas que hoy viven nuestros compatriotas.