Chile es uno de los países con mayor estrés hídrico del mundo, siendo la cuenca del río Maipo, que abastece a Santiago, una de las más afectadas. Un año lluvioso no soluciona la crisis que ya está instalada. De hecho, hoy esta cuenca consume el equivalente a dos ríos Maipo y al 2050 requerirá tres, lo que equivale a un déficit anual igual a 2,5 lagos Rapel.
La inacción en esta materia augura una amenaza importante en términos de seguridad hídrica. Si no actuamos con celeridad, no hay garantía de que en el futuro contemos con el agua necesaria para el consumo humano, los ecosistemas y el desarrollo económico.
Para enfrentar con éxito la urgencia de este desafío, se requiere una gobernanza hídrica sólida. Porque no todo es efecto del cambio climático: un 44% de los problemas de brecha y riesgo hídrico de nuestro país se originan por fallas en la gestión de los recursos hídricos (EH2030, 2019).
Contar con una gobernanza a escala de cuenca hidrográfica es imperativo. Estudios de organismos nacionales e internacionales han respaldado esta necesidad. El más reciente de ellos, de este año, proviene de las Evaluaciones de Desempeño Ambiental de la OCDE. Dentro de esta organización, Chile es el único país que no cuenta con organismos de cuenca para la gestión integrada de recursos hídricos.
Entendiendo esta necesidad, el Gobierno de Santiago, con el acompañamiento de la Fundación Chile, lanzó el 19 de julio el primer Organismo de Cuenca del río Maipo, junto a más de 40 organizaciones que adhirieron y que son parte de este espacio de diálogo amplio, técnico y diverso. Estas organizaciones representan los diferentes usos del agua de la cuenca: consumo humano, sector productivo y cuidado de ecosistemas.
Las bases para este Organismo fueron sentadas en un trabajo previo de más de un año del llamado Grupo Promotor, donde se comprometieron y participaron 27 organizaciones del territorio, representando al sector público, privado y de la sociedad civil.
Este nuevo Organismo buscará desarrollar una gobernanza hídrica en la cuenca del río Maipo para fortalecer la participación y coordinación entre los actores, tomando como base el conocimiento y experiencia local ya existente para planificar y acelerar la implementación de soluciones sostenibles que permitan revertir la severa escasez hídrica territorial.
El futuro hídrico de Chile depende de la capacidad de actuar colectivamente, definiendo roles claros y uniendo esfuerzos para articular una gestión que responda eficazmente a las necesidades actuales y futuras, que sea capaz de abordar con urgencia la implementación de medidas, acciones y soluciones concretas.
Esperamos que el conjunto de aprendizajes construidos en este primer Organismo de Cuenca sirva de modelo demostrativo y replicable para otras cuencas y regiones, así también como insumo para el debate y la formulación de políticas públicas. Ponemos a disposición esta experiencia para generar un cambio de paradigma en la gobernanza hídrica del país, que pueda acelerar las acciones ante el riesgoso panorama hídrico que vive Chile hoy.