El incremento significativo de casos de tos convulsiva o coqueluche en Europa ha generado preocupación ante la posibilidad de que esta enfermedad alcance a Chile. Expertos señalan que la baja en la vacunación pospandemia podría ser una de las principales causas de este resurgimiento.
Un importante aumento de tos convulsiva o coqueluche se ha registrado en Europa durante las últimas semanas. Una situación alarmante que indica el resurgimiento de enfermedades anteriormente controladas, ¿es posible que lleguen a Chile? ¿Cómo podemos prevenirlas?
En el viejo continente se han registrado más de 60 mil casos en un año, 25 mil en 2023 y más de 32 mil en los primeros tres meses de este año, representando un aumento del 84% de una mortal enfermedad que afecta principalmente a bebés.
“Es una infección bacteriana respiratoria que se adquiere por contacto directo con una persona infectada y que se caracteriza por accesos de tos muy intensa y que en algunos casos puede incluso requerir hospitalización“, explicó el académico de la Universidad San Sebastián, Carlos Pérez.
Por esta decisión, el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades encendió las alarmas. Si bien este patógeno tiene un rebrote cíclico cada 3 o 5 años, los especialistas aseguran que se debe a una baja en la vacunación pospandemia.
En 2021, el número de niños sin ningún tipo de inmunización llegó a 14 millones a nivel global, según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Probablemente, esto se explica, al igual que los últimos brotes de sarampión que se ha visto a nivel mundial por el efecto pospandemia, en el que muchos niños susceptibles tuvieron una menor tasa de inmunizaciones durante la pandemia por tener menos acceso a las vacunas, salir menos y también tener menor exposición a estos patógenos”, señaló Paulo Charpentier, infectólogo.
Pero ¿esta enfermedad podría tener rebrotes en Chile? Las autoridades aseguran que aún no es alarmante, aunque hay que tener precaución.
“No hemos visto un alza en nuestro país al respecto aún, pero estamos siguiendo la vigilancia biológica para estar atentos a cualquier aumento en este sentido”, dijo la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albagli.
“Ahora hay que recordar que habitualmente Europa se adelanta algunos meses a lo que pasa en la región de las Américas, por lo tanto, tenemos que tener las alertas de que esto podría eventualmente suceder”, añadió Charpentier.
En nuestro país hay distintas formas de prevenir; la principal es la vacuna, que actualmente tiene una cobertura superior al 90% en Chile y es parte del Programa Nacional de Inmunización. Lactantes, niños y mujeres desde las 28 semanas de embarazo son el grupo objetivo.
“Los adultos van perdiendo la inmunidad contra la tos convulsiva a lo largo de los años y por ello se recomienda que durante la vida adulta, al menos en una oportunidad, reciban un refuerzo de vacuna”, explicó el doctor Pérez.
Los síntomas pueden partir con congestión y tos leve, aunque en una segunda fase pueden pasar a episodios de tos excesiva por varios días, acompañada de vómitos y dificultad de respirar. Los menores podrían ser los más afectados.
“Los niños habitualmente son los más susceptibles a estos cuadros y que producen mayor morbilidad. Puede requerir hospitalización, necesidad de oxígeno, incluso ventilación mecánica y también puede producir mortalidad en población susceptible”, indicó el infectólogo Charpentier.
Como siempre, el lavado frecuente de manos o cubrirse la nariz y la boca con el antebrazo a la hora de toser o estornudar son otras formas de prevenir. Sin embargo, la vacunación al día sigue siendo la clave para que la realidad que se está viviendo en Europa no se repita en Chile.