En la 50° Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, el canciller también se refirió al estallido social, que cumplió un año este domingo. Al respecto, sostuvo que “Chile tiene confianza en la solidez de su democracia y en sus instituciones".
“El gobierno que represento ha sido claro en su voluntad de implementar, cuando las circunstancias lo hagan aconsejable, una política que hemos denominado de ‘aproximación progresiva’ hacia Bolivia”.
Así se refirió el canciller Andrés Allamand a las relaciones con Bolivia en la 50° Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El ministro de Relaciones Exteriores añadió que esta “aproximación progresiva” se realizará “para abordar una agenda de futuro donde -a través de la diplomacia- Chile y Bolivia sean capaces de transformar antiguas divergencias nuevas convergencias”.
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Las palabras del ex senador RN surgen luego de que la canciller de Bolivia, Karen Longaric, se expresara sobre priorizar el diálogo y la cooperación para resolver, por ejemplo, “su falta de acceso soberano al océano pacífico”, mediante la “construcción de una agenda que contemple, en un futuro no lejano, el restablecimiento de relaciones diplomáticas”.
Sobre este mismo punto, Allamand recordó que “Chile, a partir de la vigencia del tratado de 1904 y el fallo de La Haya del año 2018 -piedra angular inamovible de nuestras relaciones-, mantendrá abierta su voluntad de diálogo con Bolivia, para incrementar la colaboración en materia de interés bilateral“.
Allamand también se refirió a Venezuela, país sobre el que reflexionó que “se apresta a llevar adelante unas elecciones parlamentarias carentes de toda legitimidad, habiendo el régimen dictatorial descartado toda iniciativa tendiente a dotarlas de garantías mínimas. Mientras tanto, recrudecen y adquieren cada vez mayor sistematicidad las violaciones a los derechos humanos”.
En tanto, sobre Nicaragua sostuvo que Chile lleva dos años condenando “la violencia, la represión a la sociedad civil, las transgresiones a los derechos humanos, la persecución a opositores políticos y el deterioro de las instituciones democráticas”.
Asimismo, reflexionó que el estado de la democracia en América Latina debe ser un motivo de preocupación, ya que diversos informes internacionales sostienen que el año pasado se produjo una “regresión democrática a nivel global”.
Junto a esto, también abordó la situación en el país, a un año del estallido social. “Chile tiene confianza en la solidez de su democracia y en sus instituciones, y en su capacidad para aislar —siempre al amparo del Derecho— a los grupos violentistas que aspiran a alterar el itinerario constitucional y la normalidad del país”, señaló.
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“Chile ha encausado la respuesta al estallido a través de un proceso democrático e institucional“, destacó el canciller, quien enfatizó que “el gobierno conducirá, ejerciendo sus atribuciones legales, el proceso hacia una democracia más sólida y una sociedad más cohesionada”.
Finalmente, destacó que el proceso “se iniciará con el plebiscito que se llevará a cabo este domingo y que definirá el camino por el cual se avanzará hacia una nueva Constitución política“.
Experto en política estadounidense y ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos de EE.UU., el cientista político chileno analiza las elecciones presidenciales y su impacto en la relación de EE.UU. con América Latina.
