A días del inicio de la Cumbre de las Américas, la ministra de Relaciones Exteriores aseguró que "es fundamental tener una agenda común" entre los países americanos para resolver "aquellos problemas que tenemos que enfrentar de manera conjunta".
(EFE) – El presidente Gabriel Boric “representa un nuevo liderazgo de izquierdas en la región” y quiere impulsar una agenda común “más allá de las diferencias ideológicas entre los gobernantes”, dijo en una entrevista con EFE la canciller Antonia Urrejola.
El ex líder estudiantil —que asumió en marzo entre grandes expectativas, aunque en las últimas semanas ha ido perdiendo aprobación ciudadana por la situación económica y la violencia— viajará esta semana a Los Ángeles para participar en la Cumbre de las Américas, su primer gran foro internacional.
Feminismo, ecologismo y derechos humanos son las piedras angulares de una política exterior que el joven mandatario, de 36 años, tratará de trasladar en una cumbre marcada por la polémica, con varios países amenazando con no asistir debido a la exclusión de Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Urrejola, quien presidió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 2021 y jugó un papel fundamental en la crisis de Nicaragua, está convencida de que la venezolana “no se puede resolver sin Venezuela”.
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“Es fundamental tener una agenda común”
-¿Con qué mensaje acude el presidente Boric a la cumbre?
Lo primero, el liderazgo que ejerce, un liderazgo nuevo en la región, joven, de izquierda, pero de izquierda democrática. Además, le ha puesto un sello muy importante a los temas de derechos humanos, a la agenda feminista y también a la crisis climática.
Más allá de las diferencias ideológicas que puedan tener los distintos gobernantes de la región, es fundamental tener una agenda común para aquellos problemas que tenemos que enfrentar de manera conjunta.
-¿Cómo ve Chile esta evidente fractura regional y el boicot que lidera el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador?
Desde Chile hemos planteado también nuestro interés de que fuera una cumbre sin exclusiones. Si estamos hablando de la necesidad de diálogo, más allá de las distintas ideologías, nos parecía fundamental poder tener un diálogo amplio e inclusivo, pero nosotros no condicionamos nuestra participación a que ello sucediera. Yo lamento que la agenda de la cumbre haya sido copada por este tema, por qué países van y que países no van.
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“El presidente de Venezuela es Nicolás Maduro”
-El presidente defiende que Latinoamérica tiene que recuperar su voz y acudir unida a foros, ¿es esto posible mientras no se solucione la crisis venezolana?
Un eje fundamental de su política exterior es que América Latina tenga una sola voz y es un esfuerzo que estamos empezando a trabajar. La crisis venezolana obviamente es parte de la agenda de la cumbre y estamos convencidos de que no se puede resolver sin Venezuela.
-El Gobierno de Joe Biden dice que sigue reconociendo a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, pero que no le invita a la cumbre porque no todos los países lo reconocen. Para Chile, ¿quién es el presidente de Venezuela?
Chile le hizo un reconocimiento a Juan Guaidó cuando era presidente de la Asamblea, ya no lo es. Entendemos que el presidente de Venezuela es Nicolás Maduro, más allá de las distintas condenas de los órganos internacionales en materia de derechos humanos y de la alta comisionada, que el propio presidente ha dicho que comparte.
-Antes de viajar a Los Ángeles, el presidente hará una parada en Ottawa para reunirse con su homólogo Justin Trudeau. Si ambos líderes podían verse en la cumbre, ¿por qué se ha decidido hacer este viaje?
Es una suerte de encuentro entre liderazgos más jóvenes y progresistas. Es una señal que ambos quieren darle a la región de que tienen una agenda común, con liderazgos más progresistas y más cercanos a la gente. La idea es que puedan tener una conversación más larga, más allá de las bilaterales en la cumbre.
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“No vamos a cambiar los acuerdos comerciales”
-Uno de los primeros logros de este Gobierno en política exterior es la aprobación en tiempo récord en el Parlamento del Acuerdo de Escazú, el primer gran pacto medioambiental de la región y el primero del mundo que contiene disposiciones sobre la protección de activistas. Aún hay muchos países que se resisten, ¿qué les diría a aquellos que siguen pensando que Escazú desincentiva las inversiones?
Lo mismo que les dijimos a los parlamentarios durante la tramitación. A mí me parece que lo que hace Escazú es todo lo contrario. Chile tiene, de acuerdo al Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), 128 conflictos socioambientales que al final del día detienen la inversión, se paran los proyectos, se judicializan y demoran años. Sí, es un desafío, pero una mayor democracia ambiental le da mayor certeza a la inversión.
El acuerdo de Escazú también se hace cargo de un tema clave en nuestra región: Latinoamérica es la región más afectada por la crisis climática y donde más asesinatos hay a defensores y defensoras ambientales.
Imagen: EFE
-El subsecretario de Relaciones Internacionales, José Miguel Ahumada, anunció una consulta ciudadana para redefinir y “legitimar” la política de comercio exterior del país, que generó mucha polémica y que incluso fue desmentida por otros miembros del Gobierno, ¿sigue en pie la iniciativa?
Lo que está haciendo el subsecretario es una consulta ciudadana siguiendo directrices que ha establecido la propia OCDE y la Unión Europea. Nueva Zelanda, Canadá, Australia son países que también han hecho estos esfuerzos. Nosotros vamos a hacer una consulta acotada por la página web. No se trata de legitimar la política de comercio exterior, se trata de escuchar a quiénes son sus participantes, desde los grandes productores hasta las comunidades locales. No va a ser una consulta vinculante.
-¿Entonces, no se van a modificar acuerdos ya firmados?
No, la consulta nunca ha pretendido evaluar ningún tratado de libre comercio. Tiene como objeto entender los desafíos mundiales e internos para construir prioridades en la futura política comercial.
-Una delegación de europarlamentarios visitó Chile la semana pasada para ver cómo avanza la modernización del acuerdo de asociación entre el país y el bloque, ¿se va a firmar antes de que acabe el año, como pidió el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell?
Ese es el objetivo. Tenemos una hoja de ruta y se está trabajando en los aspectos técnicos. Existen algunas diferencias técnicas y ojalá que los tiempos den y podamos firmar a finales de año.