Ante esta situación, el vocero de la arquidiócesis de Santiago, Andrés Moro, explicó que "cuando se atenta contra lo más propio de la fe cristiana, que es el Señor presente en su Cuerpo y Sangre en el Sagrario de una Iglesia o de una capilla, se está dañando la fe profunda de la comunidad”.
(Agencia UNO) – “Han profanado el Sagrario, robando dos copones, uno grande plateado y uno mediano dorado, con la Comunión consagrada”, fueron las palabras con las que el sacerdote Pedro Pedraza anunció la profanación del Santuario de Lourdes.
Según el comunicado enviado por el párroco, el hecho ocurrió este lunes y la alerta la dieron los apoderados del Colegio Santa Ana, quienes vieron hostias en la calle e informaron de la situación a las religiosas pertenecientes a la congregación del recinto educacional.
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“Alrededor de las 16:30 horas, la Superiora de Casa de Oración recoge algunas hostias y luego se encuentran otras más, por la misma calle”, relata el comunicado.
Al ser consultado al respecto, el padre Pedro señaló que gracias a esta alerta pudieron percatarse de que el robo se había realizado en el santuario, que queda cerca del colegio. “Revisamos el Sagrario y resulta que no estaban los copones”, dijo.
Debido a la gravedad de lo ocurrido, este miércoles 30 de marzo el Arzobispo de Santiago, el cardenal Celestino Aós, presidirá una oración por desagravio en la gruta de Lourdes. La eucaristía será concelebrada por los obispos auxiliares de Santiago. Así, a partir de las 18:30 horas se rezará el rosario y a las 19:00 horas comenzará la misa.
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Daño a la “fe profunda de la comunidad”
Al ser consultado por el verdadero impacto de este robo para los católicos, el vocero del arzobispado, Andrés Moro, explicó: “Todo asalto a un domicilio, a una comunidad, es siempre doloroso, pero cuando también se atenta contra lo más propio de la fe cristiana, que es el Señor presente en su Cuerpo y Sangre en el Sagrario de una Iglesia o de una capilla, se está dañando la fe profunda de la comunidad”.
En ese sentido, dijo que lo que sucedió “además es un sacrilegio, es una ofensa a Dios, no solamente a las personas”. “La Iglesia técnicamente considera un sacrilegio cuando se ofende a Dios a través de un acto contra el culto, contra la imagen del Señor o de los santos, o también cuando se daña a la persona humana”, aclaró.
Sin embargo, remarcó la importancia de no condenar a los responsables: “Nosotros no hacemos esta misa para pedir la condena a la persona, eso Dios tendrá que hacerlo con cada conciencia, queremos pedir por la intercesión de esa persona, para que pueda arrepentirse y no volver a cometer estos actos de sacrilegio y de robo”.
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Asimismo, el vocero explicó que en la misa de desagravio se vuelve “a sacralizar el lugar, es decir, convertirlo en un lugar santo porque ha sido intervenido de una forma que no corresponde”. “Cada Sagrario, cada tabernáculo en donde se deposita el Cuerpo de Cristo consagrado, es un lugar santo. Y ha sido violada su santidad. Por eso, se vuelve a consagrar el tabernáculo para poder poner ahí la hostia consagrada en adelante”, concluyó.
Cabe recordar que para los católicos el rito más importante de una misa es la consagración de las hostias y el vino, que se convierten en el mismo Cuerpo y la Sangre de Cristo, que fue derramada para el perdón de los pecados. Tal como dice el sacerdote durante el rito, “este es el sacramento de nuestra fe” y fue instituido por el mismo Jesucristo durante la Última Cena, previa a su muerte y resurrección.