“Esto nos debe llevar a la máxima preocupación, porque las opiniones en democracia son legítimas, lo que no es legítimo, y debiera ser consenso, es seguir justificando que el bombardeo a La Moneda, la muerte desde ese mismo instante y la instauración de una dictadura es una manera de solucionar los problemas de la democracia”, dijo el mandatario.
“La derecha política ha ido retrocediendo”. De esta se refirió el presidente Gabriel Boric a la justificación al golpe de Estado de 1973 que han manifestado personeros de oposición, en el marco de la conmoración de los 50 años del quiebre democrático.
Durante un acto organizado por el Consorcio de Universidades del Estado (CUECH), y que fue realizado en dependencias de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), el mandatario sostuvo que “se equivocan profundamente quienes pretenden separar al golpe de lo que vino después. El golpe fue criminal desde el minuto 1, y así nos lo recuerdan los asesinados de La Moneda, los asesinados y detenidos en las poblaciones, en las fábricas”.
“No había tal cáncer (marxista) al que aquellas autoridades respaldadas por civiles cobardes temían. Había mujeres, trabajadores, estudiantes, profesionales jóvenes, personas mayores, técnicos, pobladores, campesinos, dirigentes sindicales y sociales. Compatriotas sobre los cuales se abatió la represión, la tortura y la muerte que fueron cuidadosamente planeadas, aplicadas sistemáticamente con premeditación y usando para ello todos los recursos del Estado que tenían disponible, con plena conciencia de las autoridades de la época y los civiles que los acompañaban”, continuó.
En ese sentido, el presidente afirmó que la dictadura de Augusto Pinochet “no fue solo la muerte, tortura, desaparición y ejecución, sino también se hicieron cambios políticos profundos que no hubiesen podido realizarse en democracia, y eso lo sabían perfectamente”.
“Por lo tanto, nuestro deber de recordar va hacia quienes sufrieron, pero también hacia la democracia que perdimos, y lo que instauraron en vez. El sistema de pensiones, el desmantelamiento de las universidades, la municipalización de la educación, los incentivos a industrias extractivas o la privatización del sistema de salud, son también obras de ese entonces que no hubiesen pasado ningún test democrático y que hoy, con mucho esfuerzo, estamos tratando de revertir para poder construir algo tan sencillo, tan obvio, como un país más solidario, más justo, en donde cada uno de nuestros compatriotas y quienes habitan nuestra patria no tengan que salvarse solo por sí mismos, sino que como sociedad entendamos que juntos podemos mucho más que separados”, sentenció.
El presidente también se refirió a la justificación que hizo el diputado de la Unión Demócrata Independiente (UDI) Jorge Alessandri sobre el quiebre democrático: “Creo que tenemos dos problemas, porque esa derecha política ha ido retrocediendo respecto a lo que se había ido instalando como consensos sobre la valoración irrestricta de la democracia, y por ende, la no justificación de un golpe de Estado para solucionar los problemas políticos”.
“Un diputado de derecha lo decía hace poco textual ‘yo justifico el golpe de Estado’. Eso nos debe llevar a la máxima preocupación, porque las opiniones en democracia son legítimas, lo que no es legítimo, y debiera ser consenso, es seguir justificando que el bombardeo a La Moneda, la muerte desde ese mismo instante y la instauración de una dictadura es una manera de solucionar los problemas de la democracia”, añadió.
“Eso desde mi punto de vista como presidente de la República no es parte del debate democrático”, continuó.
De este modo, el mandatario indicó que “las violaciones a los Derechos Humanos ante quienes pensaron distinto en su momento no son justificables bajo ninguna excusa. Yo esperaría que pudiéramos llegar a ese consenso”.
“Los problemas de la democracia se resuelven con más democracia y no con menos, y nada justifica la violación a los Derechos Humanos de nuestros compatriotas. Para eso vamos a trabajar incansablemente, pero veo con preocupación que hay un sector de la política chilena que hoy no afirma con claridad esos principios, y creo que tenemos que debatirlo abiertamente”, finalizó.