El militante autonomista conversó con Rockaxis sobre su presente y futuro: dice que no se repostulará como diputado -aunque no descarta hacerlo en el Senado-, pero que sus intenciones son dedicarse a escribir una novela tras este periodo parlamentario.
Una íntima y extensa entrevista es la que el periodista Andrés Panes realizó al diputado Gabriel Boric, quien apareció sorpresivamente en la portada de la edición N°183 de Rockaxis, la cual tuvo por primera vez a una persona que no sea músico en la tapa.
La ampliación de la línea editorial de la revista dirigida por Alfredo Lewin -que ya en su edición N°181 corrió la frontera al poner a Camila Moreno en portada, la primera mujer en aparecer sola en la tapa de la publicación- incluyó también que los temas vayan más allá de lo musical.
Aunque el militante de Movimiento Autonomista se dio el gusto de conversar de algunas de sus bandas favoritas -de Metallica a Alex Anwandter, de Radiohead a Violeta Parra, de Los Miserables a Camila Moreno, de Inti Illimani a Lady Gaga, entre otras- y de repasar su relación con el rock y la música en general, el fuerte de la conversación está en las reflexiones y las revelaciones respecto a su presente y futuro.
Su visión de la política -y de lo político, por cierto-, las críticas que recibe producto de la sobreexposición y sus planes luego que termine este periodo parlamentario son algunos de los temas que Boric desarrolla de manera inédita junto a Panes. Acá te ofrecemos una breve selección:
Expuesto a cahuines / Estoy guatón
“Si estoy en un bar y alguien me pide la típica foto culiá, después miro los comentarios y siempre hay un hueón diciendo que tomo con la plata de sus impuestos. Estoy permanentemente expuesto a cahuines, a que todo el mundo tenga una opinión de mí, desde si lo hice mal en la Cámara hasta si estoy guatón. Nunca falta el que dice (pone voz burlona) ‘está buena la dieta parlamentaria’. Conchetumadre, quién te metió ficha“.
“Engordé 15 kilos, desordenado total, aunque en realidad yo siempre fui particularmente desordenado. En la U nunca me acosté la noche anterior a una prueba con la tranquilidad de haber estudiado, de cerrar el cuaderno y sentirme listo. Siempre estuve hasta última hora repasando el final, pasando de largo”.
“Quiero hacer un libro de ficción, una novela”
“Estando en la carrera no me imaginaba ejerciendo en tribunales, litigando, qué paja. De hecho, yo no me titulé ni estoy pensando en titularme, no me quiero dedicar a ser abogado nunca. Tampoco a ser político. Entonces cuáles son mis altenativas. Una es terminar la carrera: yo egresé, hice la práctica, me faltó el exámen de grado y hacer la memoria. Pero a mí lo que me gustaría realmente es escribir, ése es mi plan, pero yo le tengo un profundo respecto al oficio, entonces no creo que sea una cuestión de llegar y hacerlo. Yo podría escribir un par de poemas y publicarlos ‘porque yo soy yo’, pero qué barsa, qué poco respetuoso“.
“Cuando termine este periodo no voy a ir a la reelección. Hay una posibilidad del Senado, pero para eso falta mucho todavía y no es algo que me vuele la cabeza. Lo que sí quiero hacer es dedicarme dos años a tratar de escribir en serio. Quiero hacer un libro de ficción, una novela“.
“Es salir de la sobreexposición también. Estoy súper secuestrado, me he perdido miles de cosas. Siento que en escribir hay mucha libertad. Si uno logra despercudirse de sus propios prejuicios, en la literatura hay un mundo desconocido en el que puedes inventar algo. Pasa en el arte en general, pero el lenguaje en sus diferentes dimensiones quizás es la expresión más pura de la libertad. Por eso la educación es importante: porque manejar más palabras te permite ser más libre, tu pensamiento se expande porque uno piensa en palabras, no piensa en abstracto. Leer y escribir son espacios de exploración muy poderosos. Me motiva mucho la idea de dedicarme a eso y salir un rato de la contingencia, de la pelea cotidiana. Lo necesito“.
Ser diputado también requiere corazón
“Voy a escribir un libro sobre política. Una de las críticas a nuestra generación que me parece acertada es que llegamos el 2011 con una moral refundacional, como si hubiésemos partido de cero, pero yo creo que es importante que nuestra generación se enraice en la tradición de la izquierda chilena. Entonces quiero hacer un libro que se va a llamar “Diálogos Generacionales”, que son conversaciones con diez personajes, entre hombres y mujeres, de la generación del ’60 y del ’70. O sea, viejos a los que no le queda mucho rato y que tuvieron algún rol en política antes de la dicatduara”.
“Nosotros tenemos que hacer una política donde sea importante querernos, no descuidar la humanidad que está en nosotros por culpa de una promesa, de un paraíso. Eso tenemos que mantenerlo a toda costa. Si la política no tiene esa dimensión esencial en nuestro accionar, vale callampa. Es puro jugar Monopoly“.