Hamilton, Cruz y Murillo acusaron un "lavado de imagen" por parte de la Iglesia.
Hamilton, Cruz y Murillo acusaron un “lavado de imagen” por parte de la Iglesia.
Este lunes se realizó una nueva audiencia de conciliación por el caso Karadima, con el objetivo de retomar las negociaciones entre el Arzobispado de Santiago y los demandantes. Luego del encuentro, el abogado del Arzobispado, José María Eyzaguirre, manifestó que “no pudimos llegar a una verdad de los hechos que fuera aceptada por ambas partes”.
“La Iglesia está dispuesta a pedir perdón, pero no se produjo el acuerdo que era necesario entre las dos partes”, agregó.
Por otra parte, el abogado de los demandantes del caso, Juan Pablo Hermosilla, lamentó el resultado de la audiencia y afirmó que “ésta ha sido una oportunidad que se ha dejado pasar”, enfatizando en que se hicieron intentos serios para poder buscar puntos de encuentros suficientes.
“Es doloroso no llegar a este acuerdo, lamentable”, recalcó.
Respecto a las condiciones que solicitaban las víctimas, explicó tres puntos fundamentales: reconocer la responsabilidad por parte de la Iglesia, el perdón de manera pública y la indemnización de perjuicios. “Nos hemos topado con cierta dureza que es incomprensible a esta altura”, expresó el abogado.
En tanto, uno de los demandantes, Juan Carlos Cruz, afirmó que se realizó un “verdadero lavado de imagen de esta jerarquía. No están dispuestos a reconocer” y que “Ezzati y Errázuriz siempre han tratado de lavar su imagen, en vez de preocuparse de las víctimas”.
“Ezzati es un hombre que tiene cero compasión por nadie. Son gente que de pastor tiene poco”, añadió.
Además, en torno a las reacciones que surgieron tras la audiencia, James Hamilton subrayó que “sentimos pena y frustración”, ya que “la Iglesia quiere sacar su realidad de los hechos”.
Tras la fallida conciliación, continúa la causa con el periodo probatorio y posterior sentencia. “Pensamos que podía haber un acuerdo, pero lamentablemente vamos a tener que seguir adelante en esto”, puntualizó Hamilton.
desde la cúpula comunista, acusaron a la gestión del nuevo alcalde de Santiago, Mario Desbordes de "detener y afectar" el permiso para la realización del evento que estaba programado para el 4 y 5 de enero de 2025 en el Parque O'Higgins.
