Los anuncios del Presidente en la Cuenta Pública siguen dando coletazos en las instituciones y sectores políticos conservadores. "Un ser humano es siempre sagrado e inviolable", señalaron los obispos.
Los anuncios del Presidente Gabriel Boric sobre la legalización del aborto y la eutanasia realizados durante la Cuenta Pública 2024, siguen dando coletazos en la agenda pública.
Las propuestas del Ejecutivo, que avanzarán en los próximos meses, abrieron un intenso debate ético entre los sectores más conservadores.
Una de las instituciones que reaccionó a dichos anuncios fue la Conferencia Episcopal, que calificó estas iniciativas como una “contradicción” del Gobierno respecto a su objetivo de “crear un ambiente de mayor seguridad y mejor cuidado de la vida de todos”.
Gabriel Boric realiza su tercera Cuenta Pública / Agencia UNO
Aborto y eutanasia, la ofensiva valórica del Gobierno
El mandatario relató durante la Cuenta Pública la historia de Susana Moreira, una mujer que sufre de distrofia muscular y padece diariamente de dolores físicos. Ella mandó una carta al jefe de Estado solicitando autorización para tener una muerte asistida.
Boric apuntó que la situación deja entrever un “gran tema pendiente”, y expresó que requiere poner urgencia al proyecto de ley de eutanasia y cuidados paliativos, que está actualmente en el Senado.
En un tenso momento durante la cita estatal, el presidente también anunció que avanzará en uno de sus principales compromisos en materia de género: el aborto.
El jefe de Estado indicó que el Gobierno presentará un proyecto de ley de aborto legal, que será motivado por el “compromiso de avanzar y no retroceder” y que lo hará “pese a que algunos diputados hombres se opongan”.
“Las mujeres de Chile merecen su derecho a decidir“, concluyó.
¿Qué dijo la Iglesia?
“Lamentamos profundamente estas iniciativas, que atentan contra el valor sagrado e inviolable de la vida humana. La Iglesia no cesa de recordar que la dignidad de todo ser humano tiene un carácter intrínseco y vale desde el momento de su concepción hasta su muerte natural”, declaró la organización eclesiástica.
Los obispos argumentaron que “el aborto procurado es la eliminación deliberada y directa de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va desde la concepción al nacimiento. Por lo mismo, afirma que un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades”.
En esa línea, sostuvieron que “no hay supuestos derechos sexuales y reproductivos de unos, a costa de atentar contra la vida de otros“.
Sobre la eutanasia, señalaron que la vida humana “incluso en su condición dolorosa, es portadora de una dignidad que debe respetarse siempre, por lo que no se puede bajo ninguna circunstancia eliminar la propia vida o la de los demás bajo el peso del sufrimiento“.
La Conferencia Episcopal instó a las autoridades a “no relativizar el valor de la vida humana. Lamentablemente, la percepción de la gravedad del aborto y de la eutanasia se ha ido debilitando progresivamente en la conciencia de muchos, lo que está en consonancia, por otra parte, con el desprecio a la vida humana que se manifiesta en nuestros días”.
“El Presidente de la República nos ha llamado a expulsar de nosotros el monstruo de la desesperanza, teniendo confianza en el país que somos y podemos ser. Nos ha llamado también a hacer de la defensa de los derechos humanos la base sobre la cual construir un futuro compartido como país. Pero esto no lo lograremos si olvidamos los derechos de los más vulnerables y frágiles. La defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano y supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado e inviolable“, concluyeron.