Además de la circulación de la peligrosa bacteria, los expertos también detectaron en las aves un ácaro que puede atacar a las personas.
La zona Oriente de la Región Metropolitana está plagada de loros, más conocidos como cotorras argentinas. Se les puede encontrar en Las Condes, La Reina, Vitacura y Lo Barnechea, entre otras, volando de un lado a otro y repletando las plazas en diversas colonias.
Pero un reciente estudio de veterinarios de la Universidad de Chile dio cuenta de la detección de una peligrosa bacteria que podría causar la muerte en humanos. Se trata de la bacteria Chlamydophila psittaci que provoca la enfermedad de la “fiebre del loro”.
En el caso de las cotorras, la bacteria es excretada en grandes cantidades en las heces y secreciones respiratorias de aves infectadas, pudiendo producir una enfermedad aguda o crónica, dependiendo de la cepa, la especie hospedera, la edad y la condición del ave infectada.
Pero el peligro más grande está en que dicha enfermedad puede ser transferida a las personas, causando “psitacosis humana”, una enfermedad infecciosa con diferentes escenarios clínicos: desde una enfermedad leve similar a la influenza, hasta un cuadro letal con falla multiorgánica.
Matilde Larraechea Bascuñan, veterinaria e investigadora explicó que “sabemos que esta es una situación de riesgo habiendo encontrado una bacteria, sabemos que se puede transmitir a las personas. Hasta ahora, conocemos un caso en Brasil, ya que una familia había comprado cotorras argentinas en el comercio ilegal como mascotas y esta situación derivó en la transmisión de esta misma bacteria. Provocó siete casos de neumonía severa y seis hospitalizaciones”.
Un peligroso ácaro que puede morder a las personas
Además de la circulación de la peligrosa bacteria, los expertos también detectaron en las aves un ácaro que puede atacar a las personas.
“Encontramos por primera vez en Chile la presencia de un ácaro que no se había descrito antes aquí y que abunda en nidos y pichones de cotorras. Este ácaro, también puede picar a personas, pudiendo ser un potencial vector de otros patógenos como virus y bacterias”, detalló el doctor Cristóbal Briceño, veterinario y académico de FAVET.
Por otro lado, en cotorras adultas se detectó una alta prevalencia de Cryptosporidium meleagridis: un parásito de las aves, que puede producir diarrea en personas y generar cuadros complejos, sobre todo en adultos mayores, infantes y personas inmunocomprometidas. Este parásito se elimina por las heces y puede mantenerse infectante en el ambiente por hasta seis meses.