Un encuentro entre un experto en minería y una defensora de la regeneración ambiental revela la necesidad de un diálogo profundo para equilibrar desarrollo y cuidado del planeta.
En un diálogo poco común, Jorge Cantallopts, experto en minería del Centro de Estudios del Cobre, y Carolina Muñoz, activista por la regeneración de la naturaleza, se reunieron para discutir cómo conciliar dos mundos aparentemente opuestos: la extracción de recursos y la conservación ambiental.
“La minería es una herramienta clave para el desarrollo, pero debe hacerse con el menor impacto posible”, afirmó Cantallopts. Por su parte, Muñoz destacó que “la naturaleza no es un recurso, sino un sistema del que somos parte. Debemos regenerar lo que hemos dañado”.
Minería y naturaleza: ¿enemigos o aliados?
Cantallopts reconoció que la minería ha tenido un impacto negativo en comunidades y ecosistemas, pero destacó avances en prácticas más sostenibles. “La minería puede ser circular, reutilizando minerales y reduciendo la necesidad de extracción”, explicó. Sin embargo, Muñoz cuestionó la velocidad de estos cambios: “Veo buenas intenciones, pero no a la velocidad que necesitamos”.
Ambos coincidieron en la importancia de integrar a expertos en conservación dentro de la industria minera. “La gente que más sabe de naturaleza no está dentro del mundo minero. Eso es una falencia global”, señaló Cantallopts.
El desafío del equilibrio
Muñoz propuso un enfoque más radical: “No deberíamos extraer nuevos lugares. Debemos conservar lo que queda y regenerar lo dañado”. Cantallopts, aunque más pragmático, admitió que “el ideal es cero impacto, pero debemos avanzar hacia ese equilibrio sin generar desequilibrios sociales y económicos”.
Un tema clave fue la minería en fondos marinos, que ambos consideraron riesgosa. “Si destruimos ecosistemas marinos, afectamos el control de temperaturas y agravamos la crisis climática”, advirtió Muñoz.
Un llamado a la colaboración
El diálogo cerró con un llamado a la acción. Muñoz pidió a la industria minera “reconocer sus errores y trabajar con transparencia”, mientras que Cantallopts invitó a expertos ambientales a participar en seminarios y mesas de trabajo. “Necesitamos integrar a quienes saben cómo cuidar la vida cuando intervenimos la naturaleza”, concluyó.
Este encuentro improbable no solo reveló las tensiones entre desarrollo y conservación, sino que también abrió una puerta para futuras colaboraciones que podrían transformar la relación entre la minería y el medio ambiente.