"Cuando pasó la primera detención le dije a mi teniente Fernández que andaba con una cámara, y él me dijo que la guardara y que no le contara a nadie", dijo el único imputado por la caída del adolescente de 16 años en su última declaración ante la fiscal Ximena Chong.
El pasado 2 de octubre, en medio de manifestaciones en las cercanías del Río Mapocho, un adolescente de 16 años cayó desde el Puente Pío Nono tras impactar con un funcionario de Carabineros, según los antecedentes recabados en esta causa.
El ex cabo Sebastián Zamora es el único imputado por este caso, que luego de la revisión de las medidas cautelares, la semana pasada el 7° Juzgado de Garantía de Santiago decretó el cese de la prisión preventiva y quedó sólo con arresto domiciliario total, arraigo nacional, prohibición de acercarse al menor y prohibición de portar armas de fuego, municiones o cartuchos.
En su versión, entregada el 12 de febrero ante la fiscal jefa de Alta Complejidad Centro Norte, Ximena Chong, describió los hechos que ocurrieron el día de la caída del manifestante. Según las declaraciones recogidas por El Mercurio, el ex uniformado “había visto a un muchacho con gorro de colores lanzar objetos al lanzagua”.
“Recuerdo su gorro colorido, que era raro, pantalón de rayas y polera oscura. Posteriormente, no recuerdo mucho, pero sí recuerdo que corrí, miré a mi izquierda y vi a esta persona“, relató.
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Luego, continuó describiendo: “Veo al sujeto, venía un poco más atrás de mí, nos interceptamos en un punto que no recuerdo, y posteriormente lo vi abajo en el río, lo veo abajo y quedé en shock“.
Asimismo, reveló las órdenes que recibió como octava antigüedad en el escuadrón que integraba. “Me doy vuelta y busqué a mi jefe de sección para decirle. Mi primera intención fue entrar a sacarlo. Mi teniente Fernández me dice ‘tranquilo, tranquilo’, y después desaparece“, dijo.
Sobre los hechos posteriores a la caída, indicó que avisó que la víctima estaba “sangrando”. Pero, afirmó: “me ordena mi teniente Fernández irme al carro. Después pregunté por las cámaras, creo, y me senté y me puse a llorar“.
El ex carabinero expresó que no podía ir a socorrer al adolescente porque “si me hubiera lanzado, me hubieran sancionado por incumplimiento de deberes militares, por no cumplir la orden, etc”.
“Cuando pasó la primera detención le dije a mi teniente Fernández que andaba con una cámara, y él me dijo que la guardara y que no le contara a nadie. Por eso me la guardo en el chaleco, porque lo podían sancionar a él por no haberme fiscalizado bien”, agregó.
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