Ex miembro del CDE: “La institucionalidad no ha sido capaz de canalizar el descontento social”

Luego que un grupo de académicos y profesionales han suscrito una carta para apoyar la iniciativa de hacer una asamblea constituyente. 

El abogado y ex miembro del Consejo de Defensa del Estado (CDE), Davor Harasic, se refirió a la propuesta de la pre candidata Michelle Bachelet y José Antonio Goméz de cambiar la constitución de Chile, con el que buscan masificar la campaña para marcar votos con las siglas AC. 

Harasic señaló que pareciera que Chile se están viviendo situaciones inéditas donde la “institucionalidad no ha sido capaz de canalizar el descontento social” en ámbitos vitales como la educación, salud, jubilación y el derecho a una vejez tranquila. Hace un año cuando se hablaba de educación, para el especialista, “todos los chilenos parecíamos contentos”. Así agregó que “cuando un grupo de jóvenes” empezaron a manifestarse el país “descubrió” que la educación “no nos tiene tan contentos, al igual que la salud”. 

Al proponer una asamblea constituyente se está diciendo, según palabras del ex miembro del CDE, que “conversemos acerca del país que queremos, no estamos diciendo otra cosa”. Además, afirmó que la actual Constitución ha sido modificada “en reiteradas ocasiones” y “es la más modificada históricamente” en Chile. Pero pese a los cambios que ha tenido, esta carta magna no es capaz de resolver los temas de institucionalidad. “No puede ser que los chilenos no tengamos confianza en las autoridades, en los partidos políticos ni en el poder judicial”, afirmó.

Esta Constitución, que fue redactada en 1980, para Harasic “no fue hecha para ser modificada”. En ese sentido, afirmó que Chile es un país en el que se viven fenómenos que son “tremendamente dinámicos”, y la legislación no puede estar restringida a no permitir nuevos cambios. “Un país en una camisa de fuerza donde no pueda salir”, agregó.

Por esta razón, el especialista explicó que las leyes que exigen quorúm calificado, “son tan esenciales”, que durante estos años se ha demostrado que no pueden ser cambiados, como sucede con el binominal.