El persecutor señaló la posibilidad de que el comunero utilice la huelga de hambre u otras formas de presión durante la ejecución de la pena. Además, sugirió que la organización aún puede persistir bajo el liderazgo de Llaitul, explorando "nuevas formas de violencia y objetivos delictivos".
El fiscal regional de La Araucanía, Roberto Garrido, valoró este martes la sentencia condenatoria de 23 años de cárcel contra el líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul, ya que “reconoce” los hechos imputados y la gravedad de los delitos.
“Estamos conformes. En cuanto a la pena, nos parece que se condice con la cantidad de delitos que fueron acreditados y la gravedad de los mismos”, sostuvo en conversación con Meganoticias.
El persecutor destacó la importancia de esta condena para “desenmascarar el verdadero rostro” y las motivaciones lucrativas detrás de ciertas organizaciones como la CAM.
Sin embargo, señaló que la organización aún puede persistir bajo el liderazgo de Llaitul, aunque esté privado de libertad, y que “podrían explorar nuevas formas de violencia y objetivos delictivos”.
El fiscal advirtió que la condena no garantiza que Llaitul no continúe planificando actividades delictivas y resaltó que la etapa de recursos aún está pendiente. Además, mencionó la posibilidad de que Llaitul utilice la huelga de hambre u otras formas de presión durante la ejecución de la pena.
“El condenado probablemente va a seguir ejerciendo el liderazgo de la misma organización, él está solo privado de libertad, pero obviamente hay otras formas de poder ejercer este control. El control que él ejerce es muy omnipresente y muy autocentrado en su persona”, explicó
En ese sentido, añadió que “el discurso que han manifestado está lejos de ser desechado por estar orgánica y es por eso que creemos que, antes de hablar de una desarticulación, tenemos el desafío de estar preparados para una reagrupación o nuevas formas de exploración de otros mercados delictuales”.
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Atentado en Cañete
En relación con el crimen de los tres carabineros en la comuna Cañete, Garrido indicó que están recopilando información y procesando todos los antecedentes disponibles.
Aunque no descartó ninguna línea de investigación, señaló la posible vinculación entre la condena de Llaitul y este crimen, debido a la “consigna del control territorial que promueve la CAM” y otras organizaciones similares en la zona.
“Estamos hablando de delitos muy violentos, como robo con intimidación, robo con homicidio, extorsiones, sustracción de madera, tráfico de droga. Ese propósito de control territorial, que en el caso de la Macrozona Sur está vinculado, a veces, a los derechos ancestrales, es muy similar al que plantean organizaciones criminales en ciertos barrios de Santiago y en el norte”, añadió.
Finalmente, el persecutor destacó que el asesinato de los carabineros es un “acto de crimen organizado” debido a la planificación y violencia empleada.
“Me parece que no es válido hacer una distinción entre grupos que sostengan una protesta violenta y grupos que comentan acciones criminales. No se puede hacer esa separación”, puntualizó.