El seguimiento del fiscal regional de Magallanes, Eugenio Campos, detectó dos fallas técnicas en la aeronave, los cuales fueron reportados por la tripulación de la aeronave cuando arribó de Santiago a Punta Arenas, poco antes de partir a la Antártica.
La Fiscalía dio un giro en la investigación sobre la tragedia del Hércules C-130, el cual cayó en el Mar de Drake con 38 pasajeros el pasado 9 de diciembre de 2019, cambiando su tipificación cuasidelito de homicidio.
El seguimiento del fiscal regional de Magallanes, Eugenio Campos, detectó dos fallas técnicas en la aeronave, los cuales fueron reportados por la tripulación de la aeronave cuando arribó de Santiago a Punta Arenas, poco antes de partir a la Antártica.
Estos desperfectos fueron detallados por la Fuerza Aérea de Chile en un oficio reservado.
Según cita El Mercurio, el difunto cabo primero Leandro Torti, especialista en electrónica aérea, llamó a los efectivos de mantenimiento en Santiago para confirmar la existencia de un repuesto para el actuador del oil cooler flap debido a que “el actual presentaba una falla”.
La FACh detalló en el documento que cada motor del avión cuenta con dichos dispositivos para regular el flujo de aire que pasa por el radiador que enfría el aceite de motor en forma manual o automática.
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Se le informó a Torti que no habían repuestos. La misma solicitud fue realizada por el fallecido sargento primero Francisco Aguirre, quien recibió la misma respuesta.
En el informe la FACh asegura que “la operación de la aeronave con el oil cooler flap inoperativa está permitida, tal como señala la documentación técnica del avión de uso común entre los operadores del C-130 internacional”.
Otro de los desperfectos que presentó la nave fue una “falla en la indicación de cantidad de combustible en el estanque Número 1 y Número 4”.
En primera instancia ésto se habría revisado, pero falló el chequeo del cuarto estanque. La FACh, sin embargo, asegura que “la operación de la aeronave con desperfecto en un indicador de cantidad de combustible está permitida, según lo señala la documentación técnica del avión”.
El informe también detalló que el Hércules C-130 cargaba dos bultos de “mercancía peligrosa”, materiales para realizar una serie de trabajos en la base Antártica.
Estos contaban con 25 tinetas de 18 litros de pintura, 59 galones catalizador componente B, 30 galones de anticorrosivo, 22 bidones de cinco litros de diluyente, tres galones de esmalte sintético, 12 tapagoteras, buzos desechables, entre otros.
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Frente a éstos hechos la Fiscalía tipificó la investigación como un “cuasidelito de homicidio” y solicitó la asistencia a Estados Unidos para contactar a la empresa Loockheed Martin con el fin de que entregue información sobre la aeronave fabricada en 1978.
“A juicio del Ministerio Público, los hechos investigados configuran cuasidelito de homicidio, en grado de desarrollo consumado, encontrándose pendiente la determinación de él o los imputados”, argumentó en el documento el fiscal Campos.
Según Radio Cooperativa, la Fiscalía solicitó a la PDI ubicar a cinco miembros de la FACh que tuvieron contacto con la tripulación al momento de solicitar los repuestos.