A través de otra carta, la subsecretaria Gloria de la Fuente recalcó que el cargo de embajador es de "exclusiva confianza presidencial" y que los diplomáticos deben "adaptarse a liderar equipos profesionales altamente calificados, bajo reglas, instructivos y normas".
Durante la jornada de ayer, el exembajador José Miguel Capdevila publicó una dura carta en la que apuntaba al Gobierno -liderado por el Presidente Boric– y a Cancilllería de una serie de situaciones que gatillaron en que se le pidiera la renuncia.
Hoy, en respuesta a dicha misiva, la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Gloria de la Fuente, replicó a través de una carta publicada en El Mercurio, en la que de la Fuente señaló que “en carta publicada ayer, el exembajador José Miguel Capdevila hace una serie de aseveraciones imprecisas o que decididamente faltan a la verdad, y que, por tanto, creo necesario aclarar”.
“El sumario administrativo contra el señor Capdevila por denuncias de dos personas por maltrato y acoso laboral en la Embajada de Chile en Francia, y por el cual fue sancionado con multa del 20% de su remuneración, no fue de manera alguna la causa para solicitar su renuncia“, acotó la subsecretaria.
En ese mismo sentido, sostuvo que “muy por el contrario, honrando lo que fue conversado previamente con él, una vez terminado el proceso administrativo y aplicada la sanción, lo cité a mi oficina y, en mi calidad de jefa de Servicio, le ofrecí dos opciones para que asumiera como jefe de Misión. Rechazó ambas, solicitando exclusivamente una asignación que no estaba disponible. En efecto, de formas muy poco cuidadas, tratándose de una instancia formal con su superior jerárquica, exigió encabezar una división específica, bajo condiciones especiales, petición que por razones de forma y de fondo era imposible aceptar“.
Exembajador Capdevila y el fallido agreement del que acusó al Gobierno
Además, la subsecretaria se refirió a la situación que relató Capdevila, quien había asegurado en su carta que “se propuso nombrarme como embajador en Canadá, cargo que acepté y que finalmente no prosperó al rechazarse por las autoridades canadienses la solicitud de agreement, algo inédito en la historia de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Este desenlace solo puedo atribuirlo a la impericia de la subsecretaria Gloria de la Fuente, quien, pocos días antes de enterarme del hecho por los diarios, estaba participando en Ottawa de consultas políticas con sus contrapartes canadienses”.
En relación a este hecho, de la Fuente replicó que “sobre las alusiones a una solicitud de beneplácito que no habría prosperado, solo me permito recordar que la solicitud de beneplácito o agreement es un proceso que —según dicta la práctica diplomática— se maneja en la más estricta reserva, pues ello involucra no solo a una persona o a una institución, sino también a la buena relación que busca construirse entre dos países amigos. Conforme al Derecho Internacional, el Estado receptor tiene una prerrogativa absoluta de conceder o no un beneplácito, para lo que usualmente examina con detención los antecedentes de los embajadores que se le proponen. Cabe agregar que ese proceso se realiza sin necesidad de consulta con el Estado solicitante. Por lo mismo, ese tema no fue ni podría haber sido, materia de las consultas políticas que sostuve con mis contrapartes canadienses en 2023″.
Finalmente, la subsecretaria de Relaciones Exteriores sentenció que “es importante recordar que el cargo de embajador es de exclusiva confianza presidencial. La Cancillería tradicionalmente espera que los embajadores y embajadoras estén disponibles para representar a Chile ahí donde su tarea es necesaria, para que nos represente con profesionalismo e integridad en el exterior. La adaptabilidad que debe exhibir un diplomático debe reflejarse no solo en entender códigos y culturas de países distintos al nuestro. También, debe adaptarse a liderar equipos profesionales altamente calificados, bajo reglas, instructivos y normas, donde la aspiración final es construir espacios laborales basados en el respeto”.