Estudio reciente remarca las diferencias en los tiempos de hospitalización en el sistema público y privado.
El tiempo que demora un paciente desde que es operado hasta la recuperación de una intervención puede variar dependiendo si fue realizado en un hospital o en una clínica.
Esa fue la conclusión que elaboró el ingeniero civil industrial y académico de la U. del Biobío Nelson Saldías, tras un estudio que comparó los costos y eficiencia entre ambos tiempos.
La mayor diferencia se detectó en la operación a la vesícula.
En promedio, por este procedimiento un paciente permanece 1,7 días internado en una clínica. Ese tiempo llega a duplicarse si se encuentra en un hospital, con 4,3 jornadas.
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Una diferencia similar es la que ocurre con una cesárea: en promedio, la estadía promedio de una paciente es de 2,5 días en una clínica, cifra que aumenta a 3,2 si está en un hospital.
Según explicó Saldías a El Mercurio, esto se debe a que existe una menor eficiencia en el sector público. “Lo que está fallando no son los médicos ni los pabellones, está fallando la manera en que administran los recursos”:
Destaca además que si esto mejorase y los tiempos de hospitalización bajaran, la lista de espera por atenciones no GES se podría resolver en cinco años.
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Sobre este fenómeno, el académico de la Universidad de Chile, Óscar Arteaga, remarca que vale tomar en cuenta variables como la población que atiende cada sistema.
“El sector público tiene pacientes con un nivel socioeconómico más bajo y tiene una mayor carga de enfermedad”, asegura a El Mercurio.
Asimsimo, Manuel José Irrarázaval, director del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la U. San Sebastián, identifica a otros puntos en conflicto en los hospitales, como la disponibilidad de pabellones o de especialistas. “Hacer un examen previo a una operación en una clínica puede tardar una hora, pero en un hospital se puede alargar durante todo el día”, afirma.