El rector de la Universidad Católica señaló que solo acotar el uso de balines durante las manifestaciones no es suficiente para terminar con los traumas oculares. Apunta también que los protocolos deben actualizarse "para que sirvan más que para dispersar a la gente y que hagan desmanes en la cuadra siguiente".
El rector de la Pontificia Universidad Católica, Ignacio Sánchez, habló sobre los traumas oculares que han sufrido más de 200 personas durante estas semanas de manifestaciones y aseguró que desde la semana pasada está denunciando los hechos.
“Esta situación me parece inaceptable, es una vergüenza nacional el hecho de tener 200 personas -en su mayoría jóvenes- con estos daños“.
En cuanto a la forma de dispersión social que utilizan las Fuerzas Armadas en las protestas, dijo que “solo acotar el uso de balines y perdigones -como comunicó el general de Carabineros, Mario Rozas- igual puede generar algún caso (de incidente ocular) y, por ello, no forma parte de un sistema racional de represión o control del orden público como es la labor de Carabineros.
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Dentro del mismo contexto, hizo hincapié en que existe una situación en la que “las palabras no son reales” ya que se habla de balines de goma, pero según dice Sánchez, recubren un material metálico interno. Además, se habla de balas de salva pero en realidad “los carabineros no disparan al aire porque las balas rebotan”, manifestó en entrevista con ADN Radio.
“Cuando uno escucha a expertos internacionales de derechos humanos, estos dicen que no son armas adecuadas para usar en la represión de las manifestaciones. Esto enardece las comunidades estudiantiles y universitarias y creo que eso no le hace bien a nadie, por eso es importante que el uso de balines se suspenda y no que se acote”.
Sánchez se refirió también al paralelo del momento actual con lo ocurrido en dictadura y dijo que los chilenos tenemos una historia muy triste de violación a los Derechos Humanos y que, por ello, en democracia, no puede ocurrir lo mismo.
Respecto a las bombas lacrimógenas, el rector manifestó que junto al carro lanza aguas sirven para disociar a las personas pero que los protocolos deben actualizarse “para que sirvan más que para dispersar a la gente y que hagan desmanes en la cuadra siguiente”.
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Base del conflicto social
La Universidad Católica trabaja con la Encuesta Bicentenario, la cual tiene 14 años de historia y en el conflicto actual ha abarcado varias miradas. Desde la de los pueblos originarios y la población migrante hasta las brechas socioeconómicas presentes en nuestro país.
El estudio varía año a año en sus resultados, pero este 2019, hubo un cambio abrupto particularmente en lo que se refiere a desigualdad.
El rector habló de ello, basado en las protestas de los últimos días en Reñaca, la cuales comenzaron de forma pacífica pero de un momento a otro surgieron incendios en algunos barrios.
“Para mí lo explica el temor, la falta de contacto de unos con otros, los sesgos, el hecho de que desconfiamos de quienes no vemos todos los días. Yo creo que la segregación en los distintos barrios nos hace eso“, y agregó que “a veces vemos una manifestación muy alegre y familiar y a las dos horas se retiran esas personas y comienza una violencia y se pierde un poco el control social”.
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Como una medida positiva para llamar a la paz, el rector apuntó que le gustaría que todos los políticos del catastro de izquierda y derecha se tomaran una foto y llamen a no cometer más violencia.
Por último, concluyó que “estas crisis también afectan la salud mental de las personas; duermen mal, están híper estimuladas y muchas veces deprimidas. Se gatilla una actitud irracional en muchos”.