Igualdad de género en Chile y el rol de la educación: “Tiene un potencial muy importante de transformación”

Por Daniela Pérez

09.03.2023 / 15:00

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Carla Ljubetic, directora ejecutiva de la Fundación Niñas Valientes, señaló a CNN Chile que en el proceso educativo "si voy fomentando el pensamiento crítico, si voy previniendo el desarrollo y la profundización de las brechas, también voy a atajar antes el problema de las desigualdades de género".


Los avances hacia la igualdad de género “se están desvaneciendo ante nuestros ojos”, afirmó esta semana el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.

La frase de Guterres no fue al azar, ya que según estimaciones de ONU Mujeres, al ritmo actual, se necesitarán 300 años para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres.

“Siglos de patriarcado, discriminación y estereotipos dañinos han creado una enorme brecha de género (…) Seamos claros: los marcos globales no están funcionando para las mujeres y niñas del mundo. Necesitan cambiar”, agregó.

Desde Chile luchando por la igualdad

A lo largo del mundo han nacido diversas organizaciones con el fin de avanzar en esta materia. En el caso de Chile, una de ellas es Niñas Valientes, fundación sin fines de lucro cuya misión es promover la equidad de género a través de la educación.

Nacida en 2018, busca profundizar de manera colectiva el pensamiento crítico sobre las desigualdades de género y entregar herramientas de educación socioemocional para fortalecer la construcción de identidades libres de estereotipos y violencias de género.

La directora ejecutiva de la institución, Carla Ljubetic, señaló a CNN Chile que la educación “es un contexto de socialización en el que todas las personas nos formamos, vamos desarrollándonos, vinculándonos con otros y, por ende, tiene un potencial súper importante de transformación“.

En esta línea, explicó que en el proceso educativo “si voy fomentando el pensamiento crítico, si voy previniendo el desarrollo y la profundización de estas brechas de género, también voy a atajar antes el problema de las desigualdades de género (…), ya que podemos de forma estructural ir respondiendo a este problema”.

Ljubetic afirma que durante estos últimos años ha habido avances. “No estamos en el mismo lugar que cuando la fundación se creó, que es el 2018 (…) Desde ahí hemos avanzado como sociedad en el sentido de que hay muchas temáticas que se han ido instalando y visibilizando“.

Sin embargo, reconoce que aún “queda mucho por avanzar“. “Es importante avanzar junto a un sistema que acompañe a las escuelas y comunidades educativas con políticas públicas que garanticen profesores con formación adecuada, equipos educativos con recursos, tiempo y orientaciones para ir implementando las transformaciones necesarias para avanzar hacia culturas educativas más equitativas e inclusivas“.

¿Cómo avanzar en la equidad de género?

En este punto es que surge la pregunta del millón: ¿cómo reducir las brechas de género y la inequidad?. Para Ljubetic, este es un esfuerzo de la sociedad en su conjunto, donde “niños, niñas y adolescentes, las familias, la sociedad civil, los equipos educativos y directivos puedan participar de la conversación, proponer cómo avanzar, mirar experiencias de otras escuelas y entre comunidades educativas generar redes de trabajo colectivo”.

Aquí es donde el nuevo proceso constituyente se posiciona como otra opción que permitiría avanzar en estas materias.

—¿Qué esperan del nuevo proceso constituyente?, ¿Qué debería tener la nueva propuesta constitucional en esta materia?
—En primer lugar, que la niñez sea reconocida como sujetos de derecho, ya que eso permite garantizar el ejercicio de sus derechos y promover un desarrollo libre de violencia. En segundo lugar, pensar en una educación que efectivamente promueva la equidad y prevenga la violencia de género, es decir, una educación no sexista, para que podamos, desde la institucionalidad, garantizar que el ejercicio y desarrollo de las distintas políticas públicas respondan a este enfoque, un enfoque que promueve la equidad y la inclusión.

“Por otra parte, volvemos a plantear la importancia de la participación de la niñez y la adolescencia en el proceso. Estamos en un nuevo proceso que tiene otras características, pero sigue siendo sumamente relevante, desde nuestro punto de vista, garantizar mecanismos para que niños, niñas y adolescentes puedan participar, incidir, ser escuchados y escuchadas, además de dar sus opiniones”, agrega.

—¿Cómo sería una Constitución donde no participen los niños, niñas y adolescentes?, ¿Qué le faltaría?
—Sería una Constitución incompleta desde el punto de vista del proceso. La niñez y la juventud de nuestro país tiene mucho que decir; tiene opiniones, ideas, propuestas y soluciones también.

La directora de Niñas Valientes recalcó que “no considerarles es seguir excluyendo, y digo seguir porque creo que esto no es reciente. (…) Hay nuevos liderazgos también en ese sentido que han ido posicionando nuevas temáticas, pero también hemos visto motivación, interés y compromiso por participar de los procesos sociales y las conversaciones públicas, por lo que es sumamente necesario hacerse cargo en el fondo de garantizar que ese proceso les incluya“.