"La medida heredada del Gobierno anterior no va de la mano con la agenda de trabajo cultural decente propuesto por este Gobierno y el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, lo que podría causar un desincentivo a la formalización de las organizaciones como empresas o personalidades jurídicas con o sin fines de lucro para no disminuir su liquidez por pago de IVA", señaló la presidenta de la Red de Salas de Santiago, Karla Sandoval.
A partir del 1 de enero comenzaron a gravarse con Impuesto a las Ventas y Servicios (IVA) una serie de servicios que previamente no se encontraban afectos a esta carga. Esto ha producido diversas peticiones por parte de gremios para postergar esta iniciativa. En ese contexto, el sector de la cultura representado por la Red de Salas de Teatro de Santiago, junto a la Asociación de Compañías de Artes Escénicas (ACAES) y la Red de Festivales de Artes Escénicas, plasmaron su preocupación producto de las repercusiones de esta medida.
Desde la perspectiva de los gremios aún no hay una recuperación tras el estallido social y el arribo de la crisis sanitaria.
“Tras tres años duros de intermitencia de trabajo, deserción laboral, crisis social, cierres prolongados, aforos reducidos, pandemia, crisis de asistencia de públicos a los teatros, y crisis económica, no es posible que las salas teatrales, que no tienen financiamientos estables o bien poseen recursos concursables que no se reajustarán, puedan destinar más recursos a la programación artística y sus gastos asociados”, aseveró, la presidenta de la Red de Salas de Santiago, Karla Sandoval.
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La representante de la Red de Salas de Santiago, envió una carta al presidente Gabriel Boric, y a los ministerios de Cultura y Haciendo, en el cual expusieron que “la medida heredada del Gobierno anterior no va de la mano con la agenda de trabajo cultural decente propuesto por este Gobierno y el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, lo que podría causar un desincentivo a la formalización de las organizaciones como empresas o personalidades jurídicas con o sin fines de lucro para no disminuir su liquidez por pago de IVA“.
Entre otras preocupaciones, añadió el aumento de la “precarización laboral de las y los trabajadores de cultura, las diferencias de velocidad en los modos de producción en comparación a industrias y otros sectores del mercado, la lenta recuperación y facturación de los espacios que dificulta la aprobación de créditos bancarios”.
“Los trabajadores de la cultura estamos viviendo momentos críticos”, agregó la presidenta de Acaes, Carolina González.
Acaes agrupa a seis compañías y detallaron que “vemos con preocupación la entrada en vigencia de la ley 21.240, pues afecta directamente de manera negativa los escasos recursos con los que llevamos a cabo nuestra labor artística anual”.
Y complementó González: “Poder realizar nuestros servicios con exención del IVA, nos permite bajar el costo de venta de las funciones, lo que repercute directamente en quienes nos las compran”, detalla Carolina.
Por su parte, el presidente de la Red de Festivales, Claudio Fuentes, expresó que “lamentamos profundamente la incorporación del IVA en las actividades culturales, ya que esta ley no solo perjudica a las organizaciones de la sociedad civil, quienes significan un pilar fundamental en el ecosistema cultural de nuestro país”.
Y recomendó que “creemos necesario y urgente la incorporación de las asociaciones culturales a códigos tributarios exentos de IVA e iniciar un trabajo coordinado con la institución para que la cultura, las artes y el patrimonio, tengan el lugar que se merecen en la cadena productiva del país”.