Tomás Flores aseguró que es necesario "aterrizar los números" en la discusión. En ese sentido, planteó que "sin duda" preferiría el crédito blando ofrecido por el gobierno "porque ese es más barato".
El avance del proyecto que permite el retiro del 10% de los fondos previsionales de la AFP sigue generando repercusiones, mientras la iniciativa fue ratificada por la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputadas y Diputados antes de pasar al Senado.
En conversación con CHV Noticias, Tomás Flores, investigador del centro de estudios Libertad y Desarrollo, manifestó sobre la iniciativa que “no estoy de acuerdo porque te diría que es muy mal negocio”.
El ingeniero comercial mencionó como ejemplo que una persona con un sueldo de $500 mil, ahorra $50 mil en su AFP y “si efectivamente empezó a trabajar a los 25, a los 27 tiene $1 millón ahorrado”.
Lee también: Uno de cada cuatro empleos se han perdido desde el comienzo de la crisis del COVID-19, según encuesta UC
De este modo, asegura que, si la iniciativa se aprueba y ella decidiera retirar el total de los ahorros, “ese millón que sacó es equivalente a $5 millones que no va a tener en su cuenta cuando esté a punto de jubilar por el interés que acumula”.
“En el caso del crédito blando del gobierno, yo hice los cálculos con la inflación y esa persona tiene que devolver $800 mil“, añadió.
De este modo, el experto aseguró que existe “miopía” en la discusión y que por eso “es bueno aterrizar los números”.
“Desde el punto de vista financiero, dejando fuera toda la discusión ideológica, si yo tuviera que recomendar a esa persona qué opción seguir, sin duda toma el crédito que el gobierno porque ese es más barato“, afirmó.
Lee también: Contraloría declaró ilegal segundo contrato con Espacio Riesco
Flores además aseguró que lo anterior se traduciría en que, para el mismo caso, la pensión que correspondía a $350 mil, disminuiría a $310 mil.
Finalmente, sobre la indicación que propone un fondo de ahorro colectivo para reponer los dineros retirados, afirmó que “los montos involucrados son impagables para el Estado”.
“Esas promesas hay que considerarlas con baja probabilidad de pago, yo no confiaría en eso, menos en eso de que tendrían que cumplir gobiernos en 40 años más”, cerró.
Experto en política estadounidense y ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos de EE.UU., el cientista político chileno analiza las elecciones presidenciales y su impacto en la relación de EE.UU. con América Latina.
