La primera diputada trans del país llegó al Congreso Nacional con un desafío claro: levantar una agenda feminista y disidente que promueva los derechos para las mujeres y la comunidad LGBTQIA+. "Insistir en un retroceso, en una mirada autoritaria y ultraconservadora, no es hacia donde apunta la sociedad", comenta en entrevista con CNN Chile.
Emilia Schneider Videla (25) hizo historia al ser electa como la primera diputada trans en la historia de Chile.
La dirigenta estudiantil, nieta del general René Schneider, fue vocera en las manifestaciones del mayo feminista (2018), presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (2019) y ha destacado como lideresa en la articulación de organizaciones y movimientos por la lucha de los derechos de la comunidad LGBTQIA+.
“Es difícil y raro pasar del activismo a un espacio político como el Congreso Nacional, sobre todo porque una se topa con mucha frustración por lo demoroso que es el trámite de las leyes y lo mucho que cuesta llegar a dar respuestas a las problemáticas que buscamos representar”, comenta la parlamentaria en conversación con CNN Chile.
Lee también: Marcela Riquelme, primera diputada abiertamente lesbiana en Chile: “Este es nuestro momento, si no es ahora, ¿cuándo?”
—¿Cómo ha sido el cambio de la política universitaria y frenteamplista al Congreso Nacional?
—Ha sido bien visible y bullada mi llegada a Congreso por el hecho de que por primera vez somos cuatro diputadas de la comunidad LGBTQIA+ y eso choca con que también llega la ultraderecha con discursos de odio muy marcados. En realidad, me he ido adaptando bien y he podido establecer diálogo con varios sectores intentando que las organizaciones con las que vengo trabajando hace años se sientan parte de la discusión de leyes y debates.
—En diciembre de 2021, Johannes Kaiser le dijo a Gloria Naveillán: “¿Sabes cuál va a ser la gracia? Tú vas a tener que compartir baño con Emilia Schneider”. ¿Cómo ha sido compartir espacio de trabajo con dichos parlamentarios?
—Se les topa poco, porque están bien atrincherados en su sector y no dialogan con otros, creo que eso es algo propio de la ultraderecha. Por supuesto una tiene que lidiar con los discursos de odio que despliegan en sus distintas intervenciones, nos ha tocado enviar a diputados a la Comisión de Ética por dichos que no están a la altura de lo que se espera de una autoridad pública electa que tiene que respetar los derechos humanos y no puede incitar al odio a ningún grupo de la población. Incluso la derecha se han dado cuenta de que la ultraderecha no tiene vocación de mayorías, que es un nicho, y seguir insistiendo por ese camino no les va a llevar a reconectar con la ciudadanía. Además, tampoco es un camino posible para responder a las crisis y urgencias que vive el país.
En ese sentido, la militante de Comunes considera que “los republicanos no están dispuestos a salir de su trinchera para revisar ninguna iniciativa o proyecto que pueda hacerse cargo de una problemática distinta a su mirada. Se oponen a todo tipo de transformaciones en temas de derechos de las mujeres, disidencias sexuales e incluso cuestiones relacionadas con el cuidado del medio ambiente. Hay una obstrucción del debate y hay una intención de desquiciar las discusiones“.
Schneider Videla recuerda que el pasado mes de abril, los republicanos presentaron un proyecto de ley para prohibir que personas trans compitan en instancias de alto rendimiento: “Buscan instalar un conflicto que en la sociedad chilena no existe. Las urgencias de la población trans tienen que ver con los crímenes de odio, el acceso a la vivienda, trabajo, educación y salud, no con acceder a competencias de alto rendimiento, esos son debates que se están dando en el mundo, y a veces hacer estos puntos, más que la buena intención de dar un debate, genera cierta adversidad con las diversidades”.
“Creo que hay una agenda antiderechos muy marcada por los republicanos, pero creo que también cada vez hace menos sentido en el resto de la derecha, y espero que así sea, por su bien, porque insistir en un retroceso, en una mirada autoritaria y ultraconservadora, no es hacia donde apunta la sociedad”, asevera Emilia.
Lee también: De la redada de Stonewall Inn a las protestas por los derechos: Hoy se conmemora el Día Internacional del Orgullo LGBTQIA+
Disidencias, una toma de posición política
—¿Cuál es la diferencia entre diversidades y disidencias?
—Es un gran debate y considero que no está zanjado a lo que se refiere la diferencia, pero según mi punto de vista, tiene que ver con un cambio que ha existido en el activismo, sobre todo en un giro de darle visibilidad a otras identidades de la comunidad como las mujeres lesbianas, trans y personas LGBTQIA+ mayores. Además, ha existido una crítica a las organizaciones más tradicionales que han posicionado solamente el matrimonio igualitario como una urgencia. Hablar de disidencias sexuales habla más del activismo. Diversidades apunta más a un concepto identitario de la variedad de orientaciones sexuales. Disidencias tiene que ver con una toma de posición política respecto a una discriminación y presión estructural que tiene la comunidad LGBTQIA+. De alguna forma, podría ser, a mi juicio, la diferencia entre hablar de mujeres y hablar de feministas.
—¿Prefieres hablar de diversidades o disidencias?
—Me gusta hablar de disidencia sexual porque es mirar las demandas de la población LGBTQIA+ mucho más allá del reconocimiento formal como puede ser el matrimonio igualitario y ley de identidad de género para ir a temas de fondo: la precarización que vive nuestra comunidad.
—¿Cuáles son las banderas de lucha de la comunidad LGBTQIA+ que te gustaría levantar en el Congreso?
—Una de las luchas fundamentales es el cupo laboral trans para que se puedan abrir las puertas a un debate de la inclusión y respeto de las diversidades en el mundo del trabajo. Con la ley José Matías también vamos avanzando en una educación que sea cada vez más inclusiva y tenemos un espacio de discusión entre las organizaciones y el Gobierno para ir analizando temas prioritarios. Por cierto, nos queda la reforma a la ley antidiscriminación, la cual no ha sido una herramienta efectiva para prevenir, sancionar y combatir la discriminación de nuestra sociedad. Se viene un proyecto que se ha trabajado con las organizaciones y trae importantes modificaciones. Esperamos que pueda salir pronto, porque las urgencias tienen que ver con el acceso a derechos básicos y con frenar las preocupantes cifras de crímenes de odio.
—¿Crees que avance en el Congreso la ley de Educación Sexual Integral (ESI) comprometida por el Gobierno?
—La ley José Matías fue el primer paso para tantear cómo estaban los ánimos para ir haciéndonos caros de las falencias y deudas que hay en la educación. Somos unos de los pocos países en el mundo que no cuentan con un plan serio de ESI y eso se refleja que estudiantes LGBTQIA+ se sienten inseguros en sus escuelas, las tasas de transmisión de infecciones de transmisión sexual (ITS) van el alza, hay mucho embarazo adolescente y abuso infantil. Empezar el debate por la ESI es crucial para el país: esto no es en contra de las familias, sino que va de la mano con las familias porque nos trae herramientas para que la escuela sea un lugar seguro en donde se pueda hablar de orientación sexual, no discriminación, cómo identificar el acoso y abuso sexual para prevenirlo, la violencia en las parejas, prevención de ITS, entre otras muchas aristas. La sexualidad es algo que nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos y tenemos que tener un plan serio de ESI que se adapte a los distintos ciclos de la vida.
Lee también: Pdte. Boric por día internacional contra el odio LGBTQIA+: “Reitero mi compromiso con la comunidad”
—En entrevista con CNN Íntimo comentaste: “A mí me interesa mucho no quedarme como una anécdota”. ¿Cómo ves el camino para la comunidad LGBTQIA+ en los espacios históricamente hetermornados y cisgénero?
—Estamos en un momento inédito de visibilidad y de avance en nuestros derechos, pero otro lado estamos bajo un ataque constante de sector ultraconservadores cada vez más radicalizados. Al mismo tiempo, los avances que hemos conseguido han dejado personas atrás: a los más pobres y mayores. Tenemos que seguir abriendo más espacios, porque es incierto el futuro de nuestra lucha, puede ser de mucho avance o haber una regresión conservadora frente a la cual vamos a tener que resistir.
—¿Cuál es el desafío?
—Hay que avanzar y consolidar lo avanzado. La visibilidad es muy importante, porque las leyes son una cosa que en algún momento se puede votar, pero lo que tenemos que ir construyendo y consolidando es el cambio cultural de nuestra sociedad. En ese sentido, es relevante estar en distintos espacios. Es muy potente y lamentable como la propia comunidad van interiorizando el odio que reciben de parte de la sociedad y eso se hace parte de lo que una misma se autopercibe. Por eso creo que tener una política seria sobre los crímenes de odio y contra la discriminación en el espacio público es tan fundamental. El espacio público, como está actualmente, no nos pertenece y hay que transformarlo.
—¿Consideras que el borrador de la nueva Constitución garantiza y promueve derechos para la comunidad LGBTQIA+?
—En la redacción participaron constituyentes de la comunidad y distintas organizaciones LGBTQIA+. Tenemos un texto que reconoce todo tipo de familia, reconoce el derecho de las personas a desarrollar libremente su identidad y promueve la participación de disidencias sexogenéricas. El borrador reconoce un estado social que garantiza derecho que van en directa necesidad con lo que las diversidades y disidencias necesitamos: vivienda, trabajo, salud y educación. Por eso apruebo muy convencida e invito a la comunidad a revisar el texto.