La reciente encuesta del CEP revela el papel crucial de la familia y la identidad en la cohesión social, impulsando una reflexión sobre nuestras prioridades y valores en la sociedad.
En el último encuentro del programa Pares Impares, la conversación giró en torno a los hallazgos de la reciente encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), que destaca la importancia de la familia, el barrio y el país en la conformación de la identidad. Leonidas Montes, director del CEP, fue el invitado para desglosar estos resultados, que ofrecen una nueva perspectiva sobre las prioridades de los chilenos.
Montes explicó que, en los tiempos actuales, existe una valoración creciente de lo íntimo y lo privado, impulsada en parte por la inseguridad y la delincuencia. “La delincuencia se ha convertido en la mayor preocupación de la ciudadanía”, comentó, lo que ha llevado a la población a centrarse en lo cercano y en lo familiar. Este cambio de enfoque, según Montes, puede ser interpretado como una respuesta a las amenazas externas que percibimos, donde el valor de la familia y el hogar se torna fundamental.
La evolución de la valoración familiar
La discusión se amplió al comparar la actualidad con épocas anteriores, sugiriendo que hay una mayor valoración de la vida familiar y una liberalización de las opiniones sobre temas como el aborto, que refleja un cambio cultural. Montes indicó que “los chilenos ya no somos tan conservadores como solíamos ser”, destacando la apertura y el respeto por diferentes perspectivas. Esta evolución también ha estado marcada por el impacto de la pandemia, que obligó a la población a recluirse en sus hogares, acentuando la reflexión sobre lo privado.
Sin embargo, a pesar de esta satisfacción personal, la percepción sobre la situación del país es menos optimista. Montes explicó que la disociación entre la satisfacción individual y la visión del entorno social es evidente: “Estamos más satisfechos con nuestra vida propia, pero lo que vemos afuera genera preocupación”.
El resurgir de lo espiritual
Un aspecto sorprendente que emergió de la encuesta es el aumento de la espiritualidad, aunque la confianza en instituciones religiosas ha disminuido. “Los chilenos somos creyentes de una manera distinta”, destacó Montes, aludiendo a una conexión más personal y menos institucional con la espiritualidad. Esta búsqueda de lo espiritual también se ha relacionado con un creciente aprecio por la naturaleza, especialmente entre las generaciones más jóvenes, en un contexto donde el cambio climático se presenta como una amenaza inminente.
Desafíos y oportunidades
Al abordar el estallido social de 2019, Montes destacó cómo ha cambiado la percepción del apoyo a las manifestaciones. “Al principio, había un fuerte apoyo, pero hoy en día, ese respaldo ha disminuido notablemente”, dijo, sugiriendo que la gente tiende a reevaluar sus opiniones a la luz de la experiencia vivida.
En cuanto al futuro de Chile, Montes aboga por la moderación y el diálogo, enfatizando la necesidad de acuerdos políticos. “El éxito del pasado se basó en la política como negociación, y es fundamental volver a ese enfoque”, señaló. También subrayó el papel creciente de las mujeres en la política y el ámbito laboral, indicando que este cambio es un reflejo de una sociedad más liberal y respetuosa.