En 2018 sólo han sido 188 las personas que han optado por donar órganos.
Benjamín Velásquez de 10 años, esperó por el mismo tiempo que su vida un trasplante de hígado debido a un daño hepático crónico que lo mantuvo hospitalizado durante largos periodos de tiempo. Falleció en la mañana de este viernes.
“Lo único que quería era descansar, estuvimos toda la noche sufriendo el dolor, pero ya estamos más tranquilos por una parte, porque ya está descansando de todo el sufrimiento que tuvo durante estos 10 años”, mencionó su padre, Víctor Velásquez, al diario La Discusión.
Sus padres agotaron todos los recursos necesarios para que “Benjita” sobreviviera. Sin embargo, pese a los esfuerzos, el trasplante siempre fue esquivo en una larga lista de espera.
En la espera de un órgano, el padre de Benjamín se sometió a distintos exámenes para intentar donarle parte de su propio hígado, pero los intentos no resultaron exitosos ya que no hubo compatibilidad.
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Desde entonces Víctor Velásquez no se rindió y asegura que con el lamentable deceso de su hijo, hoy comienza una nueva etapa: “A pesar de que nuestro hijo partió, nosotros vamos a seguir generando conciencia, apoyando la fundación y transmitiendo nuestra experiencia, que en la vida todo se puede siempre cuando la familia está unida en todo sentido”, aseguró.
La historia de Benjamín no dejó indiferente a nadie en San Ignacio, donde falleció tras intensos esfuerzos médicos en el consultorio de la comuna. Posteriormente el menor fue llevado hasta Chillán donde será velado en una iglesia ubicada en Avenida La Castilla 1253.
“Ayer no perdíamos la esperanza de que él pudiera salir de la crisis, una de las tantas que tuvo, pero ya su cuerpo no daba más. Estaba tan cansando que en los últimos segundos de vida se rindió, porque su cuerpo ya no era el mismo”, dijo su padre.
Los funerales están programados para este sábado en el Cementerio Municipal.
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A la fecha, según cifras del ministerio de Salud existen 1.800 pacientes que esperan un riñón, 706 un trasplante de córneas, 133 un hígado, 29 un pulmón, 23 un páncreas y 21 un corazón. Es decir, 2.712 personas en lista de espera.
En 2018 sólo han sido 188 las personas que han decidido donar sus órganos.
La donación de órganos es un acto mediante el cual una persona expresa su voluntad para que sus órganos y tejidos del cuerpo puedan ser extraídos e implantados en otra persona.
Si bien existen donaciones que pueden hacerse en vida siempre y cuando el procedimiento no altere el funcionamiento de su organismo, como las de hígado, la mayor parte se hace al momento en que el donante ha fallecido.
El Ministerio de Salud explica que “en el caso de los donantes que han muerto, posterior a la certificación de muerte y a la entrevista realizada por las Coordinaciones Locales de Procuramiento a la familia, quienes confirman la voluntad de donación de quien falleció, se procede a la extracción de los órganos y tejidos, los que finalmente son asignados, según compatibilidad, a algún receptor de la lista de espera nacional”.
De acuerdo al marco legal, en el país existe una regulación del sistema de donación que indica que “sólo son considerados como donantes aquellas personas fallecidas por criterio neurológico, también llamada muerte encefálica y que corresponden sólo al 2% del total de fallecidos del país”.
Si la familia del donante se opone aún cuando quien falleció haya manifestado su voluntad de ser donante en vida, se respeta la decisión de los deudos, por ello es necesario conversar el tema antes del deceso.
Las autoridades advierten que el número de fallecidos podría aumentar, dado que aún hay muchas personas desaparecidas y las condiciones complicadas para la búsqueda.
