Un informe elaborado por la empresa revela que los intentos por quitarse la vida ocurren con mayor frecuencia entre las 11:00 y 14:00 horas, principalmente en estaciones de la Línea 1 y 2. El 64% de las víctimas son hombres.
Un informe elaborado por el Metro de Santiago detectó que han aumentado los episodios de suicidios en la red subterránea entre 2017 y marzo de 2019.
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A través de la Ley de Transparencia, La Tercera tuvo acceso a este reporte, que fue entregado por la empresa a Carabineros. En el documento se advierte que en el periodo señalado se han presentado 54 eventos, de los cuales 20 han terminado con personas fallecidas y el resto se trata de intentos frustrados.
En 2017 se registraron 18 víctimas fatales, mientras que en 2018 fueron 25. En lo que va del año, se reportan 11 casos consumados, lo que demuestra un considerable aumento de suicidas en la red capitalina.
En tanto, el informe señala que las estaciones con más ocurrencia de casos son: Las Rejas (Línea 1) y El Llano (Línea 2), con tres eventos cada una.
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Los datos también dan cuenta de un intento de suicidio en la Línea 6, a pesar de que cuenta con puertas en los andenes para prevenir este tipo de hechos.
Por su parte, el documento revela que el 64% de los intentos de suicidio lo cometieron hombres, mientras que el 55% de las víctimas tiene entre 18 y 30 años. El informe también da cuenta que estos hechos ocurren con mayor frecuencia entre las 11.00 y las 14:00 horas.
Confianza y dinero: Los costos para la empresa
Por otro lado, la empresa explica en el documento que cuando se produce un evento de este tipo, tienen un protocolo establecido que consiste en 1) cerrar la estación, 2) aumentar el apoyo a los vigilantes con funcionarios de otras estaciones, 3) entregar contención al conductor del tren afectado, y 4) coordinar la emergencia con servicios de salud, Carabineros y Fiscalía.
Estos hechos, según el informe, generan además un impacto financiero en la empresa, que no solo debe disponer de boletos para los pasajeros que abandonan la red, sino que además tienen que “inyectar trenes en vacío para aliviar ocupación de andenes”. A ello se suma la “pérdida de oferta por no paso de trenes”.
Metro también considera que la interrupción del servicio acarrea un “impacto en su imagen”, dado que deja de percibirse como un “medio confiable y predecible”.
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