En entrevista con La Segunda, Cordero señaló que la Constitución "no es un paper y el proceso es tanto o más importante como el texto final". Respecto al proceso anterior, el secretario de Estado dijo que "lo que se debe tratar de buscar en un proceso constituyente es que las personas, no los especialistas o los abogados, se apropien de su texto".
El ministro de Justicia, Luis Cordero, aseguró que el nuevo proceso constituyente puede ser “fome” y bueno, si es que se logra avanzar de manera dialogante y respetando las tradiciones institucionales.
En entrevista con La Segunda, Cordero señaló que la Constitución “no es un paper y el proceso es tanto o más importante como el texto final“.
De esta manera, advirtió: “Si éste se desarrolla de manera dialogante, lo más probable es que las diferencias se resuelvan bien, a través de acuerdos. Pero si hay tensiones, las ambigüedades pueden parecer sospechosas”.
Respecto al proceso anterior, el secretario de Estado dijo que “lo que se debe tratar de buscar en un proceso constituyente es que las personas, no los especialistas o los abogados, se apropien de su texto“.
“Eso sólo se puede lograr si existe colaboración y en un espacio donde se respeten las tradiciones institucionales. Conozco al grupo (de la comisión) de expertos y la mayoría son personas de muy buen criterio. Probablemente tengamos un proceso constituyente fome y si es fome, puede estar bien“, enfatizó.
En ese sentido, Cordero destacó que este proceso “estará muy asociado a los últimos eventos, entre ellos los indultos, el nombramiento del Fiscal Nacional o la estabilidad del régimen político”.
Indultos
Por otro lado, el líder de la cartera de Justicia analizó la situación de los indultos particulares otorgados por el presidente Boric, y la decisión del Tribunal Constitucional (TC) de admitir los requerimientos presentados por la oposición para impugnarlos. “Hablamos de 1.600 decretos desde el retorno de la democracia hasta hoy, y ahora estamos revisando aquellos entregados a partir de marzo de 1981, cuando se dictó la ley, hasta marzo de 1990. Si se revisan los decretos de hace unos años, algunos tenían incluso menos fundamentación; una página, con suerte“, señaló al mencionado medio.
Sobre el propósito del TC, Cordero explicó que debe “mirar el contexto en que se ejercen estas atribuciones, para contrastar el estándar en el pasado y dimensionar los efectos que podría tener su declaración, sea en términos positivos o negativos”.
“Chile Vamos y sus abogados son los que decidieron este camino y cada uno tendrá que hacerse responsable de las estrategias que ocupa“, expresó.
“Observar una reforma para que éste no sea sólo de exclusiva responsabilidad del Presidente, sino que existan otras instancias que evalúen su idoneidad, con un organismo colegiado que entregue su recomendación. Pero sostenerlo todo en la figura de un Presidente es un peso muy complejo“, zanjó.