Aunque algunos asumieron que se trataba de una verdadera religiosa, la joven contó su verdad y cómo fabricó el vestuario.
La marcha feminista que se tomó la Alameda para el 8M dejó una serie de postales. Algunas se viralizaron más que otras, como las fotos de la supuesta monja que, a la altura de la Biblioteca Nacional, posó con un cartel afirmando que no la dejaban ser sacerdote”.
“No me dejan ser sacerdote. Marcho por una iglesia que enseñe igualdad y justicia con el ejemplo“, decía su pancarta, junto a la que posaron decenas de manifestantes.
Sin embargo, pronto se supo que en realidad no se trataba de una verdadera religiosa, sino de una estudiante de teatro.
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Sofía Espinosa (20), la mujer tras la protesta, habló con LUN y contó que proviene de una familia católica. Ella incluso participó en la Comunidad de Vida Cristiana, movimiento adscrito a los jesuitas.
Sofía se declara feminista, por eso se quiso hacer presente en la marcha con un mensaje que llegara a una de las injusticias de la Iglesia Católica.
“Si soy monja o no, no es lo importante. Lo realmente importante es el mensaje que quise dar y el debate que logré abrir e incluso visibilizar, pues estoy convencida de que el feminismo debe llegar a todos los rincones“, comentó la joven.
A la vez, contó cómo fabricó su atuendo: con una falda negra larga, una blusa de colegio, un chaleco de su mamá y una polera negra que se puso de tal forma que cubriera su cabeza como un hábito.
“Con mis amigas quedamos de encontrarnos en la estación Santa Lucía, pero al llegar allí me subí a la vereda para buscarlas y la gente se empezó a dar vuelta a sacarme fotos y no me pude mover de ese lugar por cerca de 40 minutos“, agregó.
Cuando rápidamente su imagen se hizo viral, su mamá le pidió, nerviosa, que volviera a casa. Ella, sin embargo, se quedó hasta el final de la marcha.