Rosa Mejías, de 28 años, fue vista por última vez el pasado domingo 22 de septiembre, cuando salió a comprar para hacer almuerzo. Bomberos relató que la mujer logró escalar por una de las paredes, subiendo algunos metros, luego "hizo un hoyo a mano desnuda y se posó en una saliente o deformación en la roca y ahí se sostuvo".
Fue la tarde del domingo 22 de septiembre que Rosa Mejías fue vista por última vez en Alto Hospicio (Región de Tarapacá).
La mujer de 28 años, quien trabaja como guardia en un sitio eriazo y es mamá de una niña de 7, estuvo una semana desaparecida tras caer a un pique de entre 10-12 metros de profundidad en la ladera de un cerro cerca de la toma Paso La Mula.
De acuerdo a Marcos Opazo, superintendente del Cuerpo de Bomberos de Alto Hospicio, este domingo 29 de septiembre recibieron una llamada de emergencia de una persona que transitaba por el sector y escuchó gritos de ayuda.
En ese momento, el individuo comenzó a caminar para encontrar la voz, y dio con la mujer que se encontraba atrapada en el pique.
Tras ello, rescatistas de la Segunda Compañía de Bomberos de Santa Rosa Huantajaya llegaron al lugar, y tras dos horas y media utilizando cuerdas y escaleras, lograron rescatar a Rosa Mejías.
“Estaba muy débil por la cantidad de días sin alimento y sin agua. Además, estaba sin ropa de abrigo”, relató Opazo a Las Últimas Noticias.
Posteriormente, la mujer fue trasladada en ambulancia hasta Iquique.
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Los rescatistas le preguntaron cómo había llegado hasta ese lugar, pero ella respondió que no se acordaba, y que lo último que tenía en la memoria era que “había salido a comprar almuerzo a su marido y posterior a eso, no recordaba. Eso es materia de investigación de la Fiscalía”.
El superintendente también detalló el citado medio que al comenzar con el rescate, Mejías les contó que había estado en el fondo del pique y que “de a poco escaló por una de las paredes y logró subir unos seis a ocho metros. Como no puedo llegar a la superficie, tuvo que hacer una pequeña excavación rasgando con sus manos. Hizo un hoyo a mano desnuda y se posó en una saliente o deformación en la roca y ahí se sostuvo, era como un pequeño balcón donde ella quedó sentada”.
“Lo que la favoreció fue que en el fondo del pozo había basura e incluso ropa, lo que debe haber amortiguado la caída”, añadió.
La familia de la mujer se enteró de su repentina desaparición el lunes 23, luego de ser informados por un familiar de su pareja. Tras ello, comenzaron a entregar folletos y pegar afiches por las calles y redes sociales para lograr encontrarla.
Su hermano, Cristian Mejías, indicó a LUN que “ellos nos dijeron que no sabían dónde estaba, pero que se había llevado unas tarjetas, plata, joyas, y daban a entender que mi hermana se había ido de la ciudad hacia el sur. Todo muy raro”.
El hombre también relató que al tercer día de desaparecida, la pareja de Mejías, quien también trabaja como guardia en la misma empresa, “empezó a publicar por Facebook que mi hermana había aparecido y que no había que preocuparse”.
“Nosotros vimos esas publicaciones, pero ella no aparecía. Nos desesperamos y conseguimos una entrevista con la fiscal. Gracias a eso se hicieron allanamientos y se requisaron celulares”, añadió.
“Creemos que sobrevivió por el amor a su hija. Dijo que tenía lagunas, que pasó mucho rato durmiendo, que luego empezó a rascar la tierra y pudo escalar, que cuando tenía sed se tomaba su orina y así sobrevivió los siete días. Pero es raro porque las noches son muy heladas”, concluyó el hermano de la mujer.
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