La indagatoria realizada por el abogado Waldo Bown recoge el testimonio de 22 víctimas del fallecido sacerdote. El excapellán del Hogar de Cristo atacó sexualmente a mujeres que iban de los tres a los 44 años entre 1956 y 2008.
Nuevos antecedentes acerca de los episodios de abuso sexual cometidos por el fallecido sacerdote Renato Poblete salieron a la luz mediante una investigación encargada por la Compañía de Jesús.
La indagatoria, realizada por el abogado Waldo Bown, establece la credibilidad de las denuncias en contra de quien fuera capellán del Hogar de Cristo por 18 años. Los detalles, revelados por La Tercera, sostienen que el religioso abusó sexualmente de cuatro menores de edad.
Uno de estos casos ocurrió entre 1973 y 1983. La menor, que en ese entonces tenía tres años, sufrió tocaciones por parte de Poblete hasta cumplir diez. Era hija de una mujer que estableció una relación de pareja con Poblete y que le facilitaba a sus tres hijas pequeñas.
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Pero esa no fue la primera vez. Durante casi 50 años, de acuerdo a lo establecido en la investigación, el excapellán del Hogar de Cristo abusó sexualmente de víctimas que iban de los tres a los 44 años, madres, hijas, hermanas e incluso una religiosa, la mayoría de las cuales eran vulnerables económica, educacional o vocacionalmente.
Los ataques sexuales del cura comenzaron en 1956 cuando, con 32 años, abusó de una joven de 19. En 1959 abusó por primera vez de una niña de 13 años y cuando el sacerdote ya tenía 78 años abusó por última vez de una menor de edad. Su víctima fue una niña de 12 años, la cual fue atacada hasta los 16. La última de las agresiones sexuales fue realizada a una mujer de 40 años en 2008, cuando Poblete tenía 84 años.
La indagatoria recoge el testimonio de 22 víctimas y establece que Poblete habría violado y abusado a seis de esas mujeres de manera constante y permanente en el tiempo. En los otros 16 casos la investigación concluye que Poblete atacaba a sus víctimas con un “abordaje sexual inesperado y violento”.
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Si bien en su mayoría los ataques se producían a puertas cerradas, ya sea en su oficina del Hogar de Cristo, en el Centro Bellarmino o en su auto, hubo ocasiones en que Poblete abusó de sus víctimas de forma pública, como en un retiro espiritual en Punta de Tralca. Además, durante la confesión de una religiosa también cometió sus abusos.¿
“Miren, si la violación es inevitable, relájense y gócenlo”, “te quiero hacer sentir querida”, “tu papá que te abandonó y yo que te quiero tanto”, “no te corrái, mierda”, “sin mí, ustedes no podrán comer” y “acuérdate todo lo que yo hago por tu familia”, son solo algunas de las frases que Poblete dirigía a sus víctimas para denostarlas y lograr que no lo denunciaran.
Además, la investigación precisa que al menos 15 sacerdotes jesuitas sabían o tenían noción de los abusos sexuales de Poblete, pero que sólo uno dio a conocer los hechos a sus superiores, aunque sin hacer un seguimiento a su denuncia.
Según la indagatoria de Bown, los curas habrían guardado silencio para mantener la reputación y el prestigio institucional de la Compañía de Jesús.