La decisión fue adoptada en fallo unánime por la Corte de Apelaciones de Santiago al "considerar que la investigación no se encuentra agotada al existir diligencias precisas que podrían aportar al esclarecimiento de los hechos".
Este martes, la Corte de Apelaciones de Santiago ordenó la reapertura de la investigación por la muerte del poeta chileno Pablo Neruda, ocurrida 12 días después del inicio del golpe militar encabezado por Augusto Pinochet en septiembre de 1973.
En fallo unánime, la primera sala del tribunal de alzada –integrada por las ministras Maritza Villadangos, Elsa Barrientos y el abogado (i) Jorge Gómez– revocó la resolución apelada al considerar que la investigación no se encuentra agotada al existir diligencias precisas que podrían aportar al esclarecimiento de los hechos.
La resolución apunta a que hay “diligencias precisas que podrían aportar al esclarecimiento de los hechos y dar cabal cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 108 del Código de Procedimiento Penal”. Por ello, revoca la resolución apelada del 7 de diciembre de 2023 y ordena la reapertura del sumario.
Ello, con el objeto de “practicar las diligencias solicitadas por los querellantes sobrinos de la víctima, así como por el Partido Comunista”.
¿Qué ordenó el tribunal de alzada?
El tribunal pidió un nuevo peritaje caligráfico respecto del certificado de defunción que habría sido extendido por el doctor Vargas Salazar.
Además, solicitaron practicar una metapericia que permita revisar e interpretar los resultados de las pericias realizadas por los expertos de las universidades de McMaster y Copenhague, la que deberá ser realizada únicamente por expertos propuestos por dichas instituciones.
De acuerdo a la familia del Premio Nobel, expertos de esa casa de estudios dieron a conocer hace un año que la bacteria costridium botulinum estaba en su cuerpo al momento de su muerte. Ese dato fue interpretado como una prueba irrefutable de que Neruda fue “envenenado” durante su permanencia en la Clínica Santa María, donde estaba internado.
En todo caso, la incógnita sigue siendo si la toxina botulínica fue introducida en el cuerpo del poeta de forma natural o intencionada, ya que también es posible encontrarla en alimentos enlatados mal preservados.
El tribunal cita a declarar al director del proyecto de Documentación de Chile, Peter Kornbluh, “en los términos solicitados por el querellante”; y al médico Eduardo Arriagada Rehren “sobre su trabajo de inteligencia en base al costridium botulinum y se le expongan los sucesos idénticos por los que fue condenado respecto de la víctima Archivaldo Morales Villanueva”.
Asimismo, ordena a la Brigada Investigadora de Delitos contra los Derechos Humanos la investigación de la causa para que “efectúe un análisis policial de todo el expediente”, con el objeto de establecer si existen similitudes entre los hechos que originan la causa y aquellos que afectaron a Archivaldo Morales Villanueva”.
Sumado a ello, ofician al Laboratorio de Criminalística Central de la PDI para que “realice un peritaje de regresión de edad de Eduardo Arriagada Rehren a la época de 1973”.
¿Qué dijo la familia?
La tesis del envenenamiento fue planteada públicamente por primera vez por el chófer y secretario personal del poeta, Manuel Araya, fallecido en junio del año pasado y una de las últimas personas que le vio con vida.
De acuerdo a EFE, dicho testimonio fue la “base de la denuncia que presentó el Partido Comunista -apoyado por parte de la familia- y que en 2011 dio origen a la investigación que ahora debe reabrirse”.
“La verdad tarda en llegar, pero lo está haciendo de a poco. Es un gran logro en la justicia que llevamos pidiendo desde hace años para mi tío Pablo”, dijo al citado medio Rodolfo Reyes, querellante y sobrino del poeta.
Por su parte, Elizabeth Flores, abogada de la familia, aseguró que la unanimidad del fallo “es un espaldarazo a nuestra apelación. Hemos conseguido quitarle la lápida que querían ponerle a esta investigación. Llevamos 14 años peleando por esclarecer la muerte de Neruda”.
Así las cosas, se deberá esclarecer si el Premio Nobel falleció por el avanzado cáncer de próstata que lo aquejaba o si fue envenenado.