El ministro de Relaciones Exteriores argentino explicó que no iría a la actividad debido a algunos desencuentros que tuvieron Javier Milei y el presidente Boric en el G20 en Brasil.
En la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, se realizó la ceremonia conmemorativa de los 40 años del Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Argentina.
En la instancia estuvo presente una delegación nacional liderada por el ministro de Relaciones Exteriores chileno, Alberto Van Klaveren; sin embargo, estuvo marcada por la ausencia de Gerardo Werthein, canciller trasandino.|
La delegación argentina fue encabezada por el embajador de dicho país ante la Santa Sede, Luis Pablo Beltramino, y representantes del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede.
¿Por qué el canciller argentino no fue?
Fue la propia autoridad quien se encargó de explicar por qué no concurriría a la ceremonia.
“No voy a ir. Nosotros tenemos un profundo respeto por el Papa, tenemos una muy buena relación con el Vaticano, pero desafortunadamente a veces ocurren hechos dentro de las relaciones bilaterales que complican las cosas. En el G20 de Brasil tuvimos algunas circunstancias que aconsejaban que este no es el mejor momento para hacernos presentes personalmente”, indicó.
Esto, debido a que habrían existido algunas discrepancias en medio del G20 entre el presidente argentino, Javier Milei, y el presidente Gabriel Boric.
Werthein subrayó que hay momentos en que “las relaciones entre las personas pueden tener ciertos tropiezos“, aunque “nada obsta que mantengamos nuestros vínculos por un país hermano y vecino”.
“La relación con Chile está intacta. Valoramos enormemente el esfuerzo que se hizo entonces liderado por el cardenal Samoré y con la visión del Papa Juan Pablo II, eso está intacto”, añadió.
Qué pasó en la instancia
El Papa Francisco comenzó celebrando el acto que recuerda las“intensas negociaciones que, con la mediación pontificia, evitaron el conflicto armado que estaba por enfrentar a dos pueblos hermanos y se concluyeron con una solución digna, razonable y ecuánime”.
Además, aprovechó la instancia “tanto para recordar dicho aniversario, como para lanzar al mundo, en este momento, un llamamiento renovado a la paz y al diálogo. El compromiso que implicó a esos dos países durante las largas negociaciones, que fueron difíciles, así como el fruto de la paz y la amistad, constituyen en efecto un modelo para poder imitar”.
“Hoy, a distancia de cuarenta años, renovamos nuestra gratitud por los esfuerzos de todas las personas que, en los gobiernos y delegaciones diplomáticas de ambos países, dieron su positiva contribución para llevar adelante ese camino de resolución pacífica, cumpliendo así los anhelos de paz de la población argentina y chilena”, manifestó el sumo pontífice.
Sellos postales conmemorativos de los 40 años del Tratado de Paz y Amistad en el Vaticano/Ministerio de Relaciones Exteriores
Asimismo, el canciller Van Klaveren destacó la labor realizada por el Vaticano para alcanzar la paz entre ambos países.
También hizo énfasis en que el acuerdo, más allá de sus disposiciones específicas, “representa un legado y una responsabilidad que todos compartimos: la de proteger y promover la paz, no solo para nuestras naciones, sino como un bien común para la humanidad. Este aniversario nos recuerda que es nuestra labor diaria mantener viva esta paz y transmitir a las generaciones actuales y futuras el valor de esta amistad que con tanto esfuerzo hemos construido”.
El tratado, continuó diciendo, estableció un “compromiso solemne de amistad perenne entre Chile y Argentina”.
“Estas palabras son un recordatorio constante de la grandeza a la que puede llevarnos el entendimiento humano. En un momento en que el mundo se enfrenta a múltiples desafíos y conflictos, donde se deshumaniza al otro para justificar la violencia por sobre el diálogo, el ejemplo de Chile y Argentina destaca como una prueba de que, cuando la voluntad existe, la paz es posible, incluso en las circunstancias más difíciles”, aseveró.