La máxima autoridad de la Iglesia Católica designó en los cargos a Gonzalo Arturo Bravo Álvarez y Julio Esteban Larrondo, respectivamente. Ahora son cinco las sedes vacantes de las 27 jurisdicciones eclesiásticas en Chile.
El papa Francisco hizo este martes dos nombramientos de obispos para Chile, según informó la Conferencia Episcopal a través de un comunicado.
En primer lugar, nombró como obispo de la Diócesis de San Felipe de Aconcagua al presbítero Gonzalo Arturo Bravo Álvarez, del clero de Valparaíso.
El sacerdote se desempeñaba hasta ahora como párroco de la parroquia El Salvador del Mundo La Matriz, y Decano de la Facultad de Ciencias Eclesiásticas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
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En segundo lugar, realizó el nombramiento del presbítero Julio Esteban Larrondo como obispo auxiliar de la Arquidiócesis Metropolitana de Santiago.
De 60 años, Larrondo pertenece al clero de la misma arquidiócesis y estaba a cargo de la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, en La Cisterna. Además, era vicario episcopal de la zona sur de la capital, asignándole la Sede Titular Episcopal de Magarmel (en la actual Argelia).
Con estos nombramientos, son cinco las sedes vacantes de las 27 jurisdicciones eclesiásticas en Chile: Copiapó, a cargo de un administrador diocesano; y Rancagua, Valparaíso, Talca, y Valdivia, que hasta ahora están a cargo de un administrador apostólico.
En tanto, en la arquidiócesis de Santiago colaborarán con el arzobispo ahora tres obispos auxiliares con dedicación permanente: Larrondo, Cristián Roncagliolo y Alberto Lorenzelli, ya que otros dos auxiliares de Santiago son administradores apostólicos en diócesis -Pedro Ossandón y Galo Fernández- y el obispo Andrés Arteaga se encuentra con impedimento de salud.
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Experto en política estadounidense y ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos de EE.UU., el cientista político chileno analiza las elecciones presidenciales y su impacto en la relación de EE.UU. con América Latina.
