El mandatario, junto con destacar el crecimiento del país tras el retorno a la democracia, enfatizó en los desafíos que debe enfrentar Chile en cuanto a las demandas ciudadanas surgidas tras el estallido social.
En la mañana de este miércoles, el gobierno realizó una ceremonia en conmemoración de los 30 años del retorno a la democracia en el Palacio de La Moneda.
En el Patio de Los Cañones, que lució decorado con gigantografías de los presidentes de Chile desde 1990 (Patricio Aylwin, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet) además de una pizarra con réplica de los votos de los años 90, Sebastián Piñera realizó un discurso en el que se refirió especialmente a los desafíos que debe enfrentar el país, en el contexto del proceso que se vive tras el estallido social.
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El mandatario destacó que, estos 30 años, han sido “décadas fecundas, pero eso no significa desconocer que también fuimos acumulando muchas falencias que han provocado un gran dolor en el alma de nuestra nación”, agregando a esto que son “falencias del pasado que constituyen desafíos del futuro”.
Profundizando en dichas falencias, el jefe de Estado reconoció que “descuidamos a nuestros niños más vulnerables, fuimos ingratos con nuestros adultos mayores, no nos hicimos suficientemente cargo de los temores y carencias de nuestra clase media y no avanzamos con suficiente voluntad los abusos contra algunos y los privilegios de otros”.
En referencia al estallido social, Piñera hizo hincapié en los hechos de violencia surgidos tras el 18 de octubre: “Se desató una ola de violencia inédita en nuestra historia, con atentados múltiples y extensivos al orden público y al patrimonio de nuestro país, cuya magnitud, intensidad y extensión nunca antes habíamos conocido, que puso a prueba a todas las instituciones del Estado, y que demostró que ni el Estado, ni todas las instituciones, ni nuestras policías estaban debidamente preparadas”.
A la vez, detalló que en este período surgió “una poderosa demanda ciudadana por avanzar con mayor intensidad y sentido de urgencia hacia una sociedad más justa, más equitativa“, además de la necesidad de renovar la Constitución del país.
“Estoy convencido que la inmensa mayoría de los chilenos queremos mejorar, perfeccionar, modernizar, cambiar nuestra Constitución“, declaró sobre este punto.
Respecto a las demandas sociales, hizo un llamado al Congreso a apurar “el ritmo del trabajo legislativo para dar satisfacción a esta gran demanda y prioridad de nuestros compatriotas”
“Podemos pensar distinto, viva la diferencia que enriquece el debate, pero también podemos caminar y construir juntos, y siempre tenemos que combatir la violencia y cuidar nuestra democracia”, concluyó el mandatario en su discurso.
Experto en política estadounidense y ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos de EE.UU., el cientista político chileno analiza las elecciones presidenciales y su impacto en la relación de EE.UU. con América Latina.
