La iniciativa busca que se instale un nuevo órgano compuesto por “600 miembros electos a través de asambleas de base por rama de sectores productivos y servicios, comunales, pueblos originarios y suboficialidad de las Fuerzas Armadas”. La propuesta fue rechazada, entre otros, por Jaime Bassa, quien manifestó que "no representa el espíritu de redistribución del poder y de desconcentración del poder que de alguna manera alienta a este proceso constituyente”.
El pasado 31 de enero, un grupo de convencionales ingresó a la comisión de Sistema Político de la Convención Constitucional una propuesta que busca disolver los actuales poderes del Estado y reemplazarlos por una asamblea plurinacional.
La iniciativa, patrocinada por María Magdalena Rivera, Dayyana González, Eric Chinga, Alejandra Pérez, Isabel Godoy, Elsa Labraña, Carolina Vilches e Ivanna Olivares, asegura que la separación de poderes es “totalmente funcional a la dominación burguesa, ya que les permite a los grandes empresarios controlar las distintas instituciones sin nunca perder el total control del aparato estatal (a no ser en periodos revolucionarios)”.
“Si pierden la mayoría en el Parlamento, pueden frenar las leyes por los tribunales o el Ejecutivo. Si pierden el Ejecutivo, mantienen el control de los bancos centrales y el Parlamento, si pierden el control del aparato político (Ejecutivo y Legislativo), mantienen el control a través de la alta cúpula de las Fuerzas Armadas (que no es electa por el pueblo)”, indica el texto.
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¿Qué dice la propuesta?
La iniciativa de los convencionales propone seis artículos y uno transitorio.
El primero dice que “la Constitución declara que los anteriores poderes Legislativo, Judicial y el poder Ejecutivo son disueltos. En su reemplazo, nace la Asamblea Plurinacional de las y los Trabajadores y los Pueblos”.
Esta asamblea, continúa en los artículos posteriores, “será compuesta por 600 miembros, electos a través de asambleas de base por rama de sectores productivos y servicios, comunales, pueblos originarios y suboficialidad de las Fuerzas Armadas”.
El texto también indica que “debe ser garantizado el derecho a la autodeterminación de todos los pueblos que no quieran ser parte del Estado chileno” y que “la futura asamblea plurinacional deberá tener como uno de sus principios fundamentales la paz entre los pueblos y el rechazo a cualquier forma de anexión de territorios tradicionalmente ocupados por otros pueblos”.
“Los sueldos de los representantes políticos no podrán ser superior al sueldo de un obrero calificado de la gran minería del cobre, principal rama económica del país”, dice otro de los artículos.
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Reacciones
Tras ser consultado sobre la iniciativa, el convencional independiente en cupo de Convergencia Social (CS) Jaime Bassa dijo que, a su juicio, “se trata de una propuesta que está absolutamente fuera de los márgenes culturales de nuestro país”.
“Si bien, como toda idea, es legítima de ser planteadas, no tiene -creo yo- ninguna posibilidad de avanzar. No solamente porque no tenga los apoyos o los votos suficientes dentro de la Convención Constitucional, sino porque creo que no representa el espíritu de redistribución del poder y de desconcentración del poder que de alguna manera alienta a este proceso constituyente”, agregó.
Por su parte -tras la presentación de la iniciativa en la comisión-, la convencional independiente del Partido Republicano (REP) Teresa Marinovic dijo que “el modelo de Constitución ya no es la dictadura chavista, sino que el totalitarismo de la antigua Unión Soviética”.
Revisa en detalle la propuesta: